TORONTO - De todas las cosas que Mookie Betts hizo para llamar la atención del cazatalentos de los Medias Rojas de Boston Danny Watkins, fue algo que no hizo lo que más sobresalió.
"Yo no recuerdo haberlo visto abanicar y fallar", dijo Watkins.
Y no fue como que Watkins hubiese observado a Betts una o dos veces. Él pasó semanas alrededor del equipo de béisbol de la escuela secundaria John Overton en los suburbios de Nashville, Tennessee, en 2010 y 2011 y vio docenas de partidos. Watkins tiene muchas historias sobre la facilidad con la que Betts bateaba líneas para cada parte del terreno, cómo aterrorizaba a los contrarios en las bases y atrapaba líneas silbantes en el campocorto.
Pero ¿abanicar y fallar? No, eso nunca fue algo que Betts hiciera.
Así que Watkins se sintió impresionado, aunque no sorprendido, al conocer que Betts no se ha ponchado en 128 apariciones en el plato consecutivas en temporada regular hasta el partido del martes en la noche, que resultó en victoria para los Medias Rojas 8-7 sobre los Azulejos de Toronto. Es la racha más larga en las mayores desde Juan Pierre tuvo 147 apariciones consecutivas sin poncharse para los Marlins de Florida en 2004, de acuerdo con el Elias Sports Bureau. Desde Denny Doyle en 1975 (159 apariciones en el plato) no ha habido un jugador de los Medias Rojas con tanto tiempo entre ponches.
La corrida de Betts es aún más impresionante cuando consideramos que los ponches han ido en aumento desmedido en todo el béisbol. La pasada temporada, 102 jugadores abanicaron al menos 100 veces, un aumento en comparación con los 63 que lo hicieron en el 2006. Desde que el relevista de los Orioles de Baltimore Oliver Drake hizo fallar a Betts con una recta de dedos separados en la sexta entrada del juego del 12 de septiembre de 2016 en el Fenway Park, cuatro jugadores -- Byron Buxton, Randal Grichuk, Danny Espinosa y Chris Davis -- se han ponchado cada uno más de 40 veces.
Salvo por el ponche que tuvo en su primera aparición en el plato en la postemporada del año pasado, la única "K" asociada últimamente con Betts es la que necesita para escribir su nombre Mookie.
"Cuando estaba evaluando a Mookie, eso era claramente una de las cosas que más me gustaba de él", dijo Watkins. "Tenía comando total de la zona de strike en ese punto, y no solía abanicar y fallar mucho. En general, su contacto salía sólido del bate. No veía que cayera mucho fuera de balance, lo que indicaba que podía identificar bien los giros de la pelota. Por eso es que me quedaba claro que el chico tendría oportunidad de batear".
Betts se ponchó 13 veces en sus cuatro años en Overton, de acuerdo con los records guardados por el veterano coach de béisbol de la escuela, Mike Morrison. Se ponchó una sola vez en su penúltimo año y cuatro veces como senior.
En cada parada en las menores, desde el Lowell de liga corta hasta el Doble-A Portland, Betts tuvo menos ponches que boletos. Desde el inicio de la temporada 2015, ha hecho contacto en el 87.1 por ciento de sus swings al entrar a la serie en Toronto, la sexta mayor tasa en la Liga Americana, de acuerdo a Fangraphs.
No es como que Betts siempre haga swings temprano en los conteos. Sesenta de sus apariciones en el plato durante la racha han llegado a dos strikes, y 21 de ellos han resultado en llegar a base (15 hits, seis boletos). En la séptima entrada del lunes, Betts llegó a conteo de 2-2 ante el relevista de los Rays Chase Whitley antes de calmadamente conectar un doble al hueco en el jardín izquierdo central.
¿Qué es lo que explica la capacidad extrema de Betts para lograr que su bate conecte casi cualquier lanzamiento?
Comencemos con su coordinación mano-ojo, que es fuera de serie, incluso para los estándares de los bateadores de Grandes Ligas. Pero es más que eso. De acuerdo al asistente del coach de bateo de los Medias Rojas Víctor Rodríguez, quien trabajó con Betts en las menores, Betts posee una habilidad asombrosa para reconocer la localización de los pitcheos mucho antes de que lleguen a la zona de strike.
"Él es agresivo y está listo para hacer swing con el bate, pero siempre lo hace a pitcheos buenos. En raras ocasiones lo vemos abanicando lanzamientos malos, y cuando haces eso, las oportunidades es que vas a poner siempre la pelota en juego", dijo Rodríguez. "Estábamos en la liga instruccional [en 2011], y yo vi eso de inmediato, una habilidad para controlar la zona de strike, la habilidad para batear la pelota hacia todas las bandas, una habilidad de conectar la cabeza de la pelota con el bate. Eso es algo que no se puede enseñar. Es algo que viene innato, y lo ha tenido desde el día uno".
De hecho, las habilidades cognitivas quedaron en evidencia tras salir bien en una serie de pruebas neurocientíficas administradas por los Medias Rojas antes del sorteo. A Betts, quien resolvió un Rubik's Cube en menos de dos minutos en un segmento prejuego en 2015, se le pidió que apretara la barra espaciadora en una computadora tan pronto como comenzara a ver el giro de una pelota en una dirección en particular.
"Mookie era el chico más observador que yo jamás haya dirigido", dijo Morrison. "Solía entender las cosas en un juego mejor que los chicos a su edad suelen hacerlo. Observaba como los lanzadores trabajaban con sus compañeros. Observaba las secuencias que utilizaban los lanzadores - lo que tiraban en conteos de bateadores, lo que tiraban cuando estaban atrás en los conteos y lo que lanzaban en conteos de dos strikes. Y utilizaba esa información para mejorar y convertirse en un bateador extremadamente bueno".
Curiosamente, Betts solo tiene dos jonrones desde que comenzó su racha de turnos sin ponches, incluyendo su primer cuadrangular de la temporada el martes en la noche ante el relevista de los Azulejos Joe Smith. No ha tenido un gran inicio de temporada, con solo cuatro extrabases en 45 turnos, aunque una ausencia de tres días por la influenza afectó su ritmo en el plato al salir de los entrenamientos primaverales.
Pero Rodríguez dijo que la habilidad de Betts de hacer contacto le permite tener turnos productivos en el plato aun cuando no produzca carreras. De hecho, Betts sigue ayudando a los ramilletes de anotaciones al tener promedio de embasamiento de .420 y moviendo los corredores cuando no logra embasarse.
Betts es tan adepto a poner su bate en la pelota que el derecho de los Rays de Tampa Bay Chris Archer dijo que es mejor si un lanzador no piensa en intentar poncharlo, incluso con dos strikes en la cuenta.
"Pienso que lo que hace bueno a Mookie es que él nunca se sale de su modo de batear", dijo Archer. "Con dos strikes, sigue siendo un bateador muy balanceado. No se desespera. Es un bateador bien balanceado con habilidades supremas con el madero. Yo no sé si es algo de su coordinación mano-ojo. Tipos como él que no se ponchan, uno no debe intentar poncharlos. Uno tiene que ejecutar su pitcheo y dejar que todo transcurra".
Que nadie se sorprenda si la racha de Betts sigue vigente. Todavía tiene un largo camino por recorrer para igualar al ex intermedista de los Filis de Filadelfia Dave Cash, quien tiene el record en la era de la expansión (desde 1961) con 223 apariciones consecutivas en el plato sin un ponche, de acuerdo a Elíaas.
"Pienso que él aprendió mucho en las menores a través de los instructores de bateo que tuvo sobre la importancia de un buen turno al bate", dijo Rodríguez. "No necesariamente tiene que ser siempre un cuadrangular o un doble. Es poder ver pitcheos, trabajar los conteos, poner la pelota en juego con dos strikes. Si sigues haciendo eso, los jonrones y los dobles van a llegar".