SAN PETERSBURGO -- Rusia ha sido sede de 16 partidos en cuatro estadios durante la Copa Confederaciones en los últimos quince días, mientras que el país se prepara para albergar la Copa del Mundo en el plazo de un año.
Rusia 2018 se jugará en una escala mucho mayor, con 32 naciones apuntando a ganar el trofeo durante un torneo de un mes. Sin embargo, después de realizar con éxito la Copa Confederaciones, que vio a Alemania emerger como ganadora tras una victoria por 1-0 sobre Chile en San Petersburgo el domingo, ¿Rusia está lista para ser la anfitriona de la Copa del Mundo?
LOS ESTADIOS
Los partidos fueron disputados en cuatro sedes durante la Copa Confederaciones: el Krestovsky Stadium de San Petersburgo valuado en $1.4 mil millones, el Spartak Stadium de Moscú, el Kazan Arena y el Fisht Stadium de Sochi. Todos son estadios impecables y de vanguardia construidos en los últimos cinco años.
El Luzhniki de Moscú, que será escenario de la final del Mundial, está listo después de un período de reconstrucción de tres años y en él se jugará el primer partido en noviembre.
Hay algunos obstáculos, con preocupaciones sobre el problemático terreno de juego en San Petersburgo, pero nada que amenace con costarle a la ciudad el derecho de ser sede de los juegos.
Lejos de la Copa Confederaciones, sin embargo, hay cuestiones sobre el progreso de los nuevos estadios en Rostov, Samara y Saransk.
Saransk, donde sólo se jugarán partidos en la fase de grupos en el Mordovia Arena, insiste en que el estadio estará listo para diciembre, pero esa afirmación parece demasiado optimista.
Sin embargo, con poco menos de 12 meses para que comience el Mundial, Rusia está, sin duda, muy por delante de Brasil y Sudáfrica en la misma etapa de preparación para los Mundiales de 2014 y 2010, respectivamente.
LA EXPERIENCIA DE LOS FANÁTICOS
Rusia 2018 será una experiencia totalmente nueva para muchos fanáticos que viajen gracias al sistema de identificación de fans que fue probado con éxito durante la Copa Confederaciones.
Los seguidores contarán con una tarjeta que los identificará como fanáticos, lo que les permitirá obtener entradas para los partidos y una visa rusa sin costos adicionales. Otros beneficios incluyen pases gratuitos de autobús, metro y tren, hacia y entre las ciudades anfitrionas. El sistema funcionó bien en la Copa Confederaciones, aunque hubo largas colas para entrar en los estadios mientras las identificaciones eran escaneadas.
La clave de esta tarjeta, que es usada con un cordón y una identificación fotográfica, es que los fanáticos sin entradas, simplemente no serán capaces de entrar en los partidos de la Copa del Mundo. Así que los países que son seguidos tradicionalmente por grandes grupos de seguidores sin entradas - Inglaterra, por ejemplo - verán sus números de fanáticos reducidos.
Esta credencial les negará la experiencia a los seguidores que quieren dejar todo y volar a la Copa del Mundo sólo para ser parte del gran evento, pero también es un aspecto positivo en el sentido que debería ayudar a reducir la reventa inflada de entradas.
LA SEGURIDAD
Rusia va a adoptar un enfoque de tolerancia cero para los fans que intenten causar problemas en 2018, y la determinación del país para proyectar una imagen fuerte y segura fue evidente durante toda la Copa Confederaciones.
Un gran número de policías patrullaron las calles en cada ciudad anfitriona, y también fueron desplegados en los trenes, en el metro, a veces con perros, y muchas veces se los vio armados. La policía antidisturbios fue una vista común fuera de los estadios los días de partidos, pero a pesar de una presencia visible, no se sintieron intimidantes ni autoritarios.
Los fans pudieron tomar fotografías y, en el caso de los fanáticos de México y Chile, pudieron hacer un montón de ruido y comportarse de una manera que sorprendió a muchos vecinos.
En las estradas de las estaciones de metro y los estadios también se vio un gran operativo de seguridad con un control de estilo aeropuerto, escáneres de identificación y cacheos. Sin embargo, Rusia se siente bien preparada para la Copa del Mundo y lista para hacer frente a la gran afluencia de visitantes extranjeros.
LA INFRAESTRUCTURA
En Moscú y San Petersburgo, el sistema de metro bien establecido permite un fácil acceso a todos los lugares del partido - sobre todo en el caso del Spartak Stadium, que está a menos de 100 yardas de la estación de Spartak recientemente inaugurada.
Una cuestión que debe abordarse antes de 2018 es la señalización en las redes de metro, ya que, si bien hay algunas indicaciones en inglés, son muy pocas y están mal posicionadas.
El alfabeto cirílico asegura una experiencia confusa en Moscú y San Petersburgo, pero una vez que puedes comprender los fundamentos, los sistemas de metro son una fácil manera de moverte alrededor de dos ciudades que tienen demasiada congestión de tránsito.
Kazán aún carece de un sistema de metro completo, y algunos fans durante los últimos quince días han caminado entre el estadio y la ciudad antes y después de los partidos - un paseo de una hora por algunas carreteras mal iluminadas.
Sochi tiene un estadio frente a la playa, que es fácilmente accesible a pie si se alojan en el complejo de Adler - pero no tanto si se alojan en Sochi, que se encuentra a 35 minutos en coche.
Los trenes salen regularmente y en general a tiempo, con el Sapsan Express entre San Petersburgo y Moscú que cubre el recorrido en 3 horas, 45 minutos en un tren amplio y moderno.
Los vuelos entre algunas ciudades pueden ser escasos, pero todas las grandes ciudades tienen servicios hacia los cuatro aeropuertos de Moscú.
CLIMA
El clima durante la Copa Confederaciones ha hecho hincapié en los problemas que enfrentarán los seguidores y los equipos por igual en 2018. Es impredecible, por decir lo menos, con Moscú y San Petersburgo dando probabilidades de contar con 25 grados centígrados o más (77 grados Fahrenheit) o de verse inundadas por la lluvia.
El fin de semana de la final en San Petersburgo, la ciudad experimentó copiosas lluvias y vientos fuertes el sábado, antes de disfrutar de un glorioso día soleado 24 horas más tarde.
Kazan es otra ciudad que experimentó ambos extremos climáticos, mientras que Sochi, un complejo bañado por el sol del Mar Negro, también sufrió días de lluvia durante el torneo.
Los residentes en cada ciudad insistieron en que 2017 ha sido un año que expuso a Rusia ante condiciones climáticas monstruosas, con mucha más lluvia que en los últimos años. Pero los fans que esperan mucho sol en el Mundial tendrán que pensarlo de nuevo, al igual que las naciones que participarán de la competencia cuando se trate de establecer un campamento, ya que saben que deberán prepararse para un mes de imprevisibilidad.
EL EQUIPO
Si Rusia tiene un problema aparentemente insuperable por delante de 2018, es el equipo de fútbol del país.
El equipo de Stanislav Cherchesov fe eliminado en la fase de grupos de la Copa Confederaciones después de las derrotas contra Portugal y México, seguidas por una sola victoria frente a Nueva Zelanda.
Cherchesov tiene una enorme tarea por delante para hacer competitiva a Rusia el próximo verano, cuando simplemente pasar de la fase de grupos será considerado un éxito.
Cada Mundial necesita una nación anfitriona vibrante para prosperar en el campo por el bien de la atmósfera dentro del país. Sólo una vez, en Sudáfrica 2010, vimos a un país anfitrión que no pudo avanzar hacia los octavos de final, y Rusia está en peligro de sufrir el mismo destino que los sudafricanos.
Se necesitará que Rusia aterrice dentro de un grupo favorable cuando el sorteo se lleve a cabo en el Kremlin en diciembre. Están dentro, por lo menos, pero Rusia todavía necesitará una porción decente de buena suerte si pretende dejar una impresión en esta Copa del Mundo.
Mark Ogden es un redactor senior de fútbol para ESPN FC. Síguelo @MarkOgden_