BOSTON - Mookie Betts se despertó el 25 de julio en Seattle, en la mañana posterior al partido en el cual los Medias Rojas de Boston fueron limitados a apenas cuatro imparables y quedaron en blanco por novena ocasión en 101 partidos, y subió a Twitter una foto de sí mismo al lado de David Ortiz. La última línea de la leyenda en la foto de Betts, junto a emoticones y una etiqueta, parecía reflejar el ánimo dentro del equipo.
"Te extraño, hermano mayor".
Seis semanas después, los Medias Rojas están en la cima de la División Este de la Liga Americana. Sin embargo, si Boston contiene a los Yankees de Nueva York y obtienen su segundo título divisional de forma consecutiva, lo habrán hecho de una forma muy distinta a cualquier otra en su larga historia. Los días de someter literalmente a palos a los oponentes a punta de jonrones se terminaron con la retirada de Ortiz. Estos Medias Rojas ganan gracias al pitcheo, defensiva y correr las bases como demonios.
Betts personifica ese estilo agresivo y veloz. Se suponía en un principio que Betts llenaría el vacío de poder en la mitad de la alineación tras el retiro de Ortiz al terminar la pasada temporada. Después de todo, Betts había terminado un año en el cual disparó 31 bambinazos y convertirse en primer finalista por detrás de Mike Trout en la carrera por el Más Valioso de la Liga Americana. A los 24 años de edad, el jardinero derecho estrella sigue fortaleciéndose.
Por el contrario, Betts se estancó en 18 jonrones durante 144 apariciones al plato hasta que la despachó lejos en la noche del viernes en el primer episodio de la victoria 9-3 de Boston sobre los Rays de Tampa Bay. Fue apenas su tercer batazo de circuito completo desde el receso del Juego de Estrellas, dejándolo a un ritmo para terminar la temporada con 21. Más aún, su OPS de .780 está en el puesto 88 entre 152 peloteros con suficientes turnos ofensivos a fin de quedar calificados para optar por el título de bateo en ambas Ligas.
Estrictamente desde un punto de vista ofensivo, la caída en el poder de Betts ha despertado interrogantes con respecto al hecho de si la pasada fue en definitiva la temporada de la carrera de Betts.
"Yo no me preocupo por Mookie", afirma un scout de la Liga Nacional quien recientemente evaluó a los Medias Rojas. "Ese hombre puede jugar".
Por el contrario, Betts sigue apilando un WAR de 5.5, de acuerdo a los cálculos hechos por Baseball-Reference.com, quinta mejor cifra entre jugadores de posición en el joven circuito. Ese es un testimonio de la calidad defensiva y el corrido de bases de Betts.
Previo a la noche del viernes, cuando hizo una atrapada estelar a la carrera en el primer inning, Betts lideró a todos los peloteros con 29 carreras salvadas a la defensiva, de acuerdo a Baseball Info Solutions, tres menos que su total de la temporada pasada, líder en las Mayores. Aparte de estafar 23 bases en 26 intentos, Betts marca el ritmo de los Medias Rojas con 20 bases tomadas producto de elevados, wild pitches, passed balls, balks o indiferencias defensivas. Y ha tenido éxito avanzando más de una base con un sencillo o más de dos bases con un doblete en 68 por ciento de sus ocasiones, lo cual también es cifra líder dentro de la franquicia.
Consideren el efecto que Betts tuvo en el encuentro de la noche del martes contra los Azulejos de Toronto. Tras disparar un doblete en el noveno inning, corrió hacia tercera con un roletazo al tercera base Josh Donaldson, lo cual le permitió anotar la carrera del empate un turno después a través de otro rodado. En el décimo noveno inning, Betts leyó astutamente el sencillo de Hanley Ramírez hacia el jardín central y anotó la carrera de la victoria desde segunda. El resultado final fue 3-2.
"Trato de tener algún efecto en el partido de alguna manera cada vez que tengo la oportunidad", dice Betts. "Bien sea robando una base, haciendo una atrapada, rompiendo una doble matanza, lo que pueda ser".
La habilidad de Betts de hacer la diferencia, incluso mientras tiene dificultades encima del plato, lo ha mantenido en la alineación.
David: "I'm going way back today!"
— Mookie Betts (@mookiebetts) 25 de julio de 2017
Me: 😂😂 (He never disappointed me) I miss you big bro #Pun pic.twitter.com/1qlu8mDo3k
En varias oportunidades durante la presente campaña, el manager de los Medias Rojas, John Farrell, ha intentado romper la mala racha de algunos de sus hombres dándoles un receso mental de dos o tres días. Así le pasó al jardinero central Jackie Bradley Jr. En mayo, al left fielder Andrew Benintendi a fines de julio y más recientemente al campocorto Xander Bogaerts y al tercera base novato Rafael Devers. No ha sido el caso de Betts, quien ha sido titular en 50 de 52 partidos desde el receso del Juego de Estrellas a pesar de batear apenas para .244 con 16 extrabases y un OPS de .663.
"Él causa impacto en el juego de muchas formas distintas", afirma Farrell. "El aspecto defensivo de su juego es un componente clave, y cuando se embasa, es toda una amenaza, obviamente. Ha sido un jugador importante para nosotros".
Sin embargo, si los Medias Rojas piensan tener una candidatura legítima para alzarse con la Serie Mundial, necesitarán que el madero de Betts se encienda, lo cual nos trae de vuelta a mencionar a Ortiz.
La ausencia de "Big Papi" se ha hecho sentir de múltiples formas.
Los Medias Rojas extrañan su inmenso carisma y personalidad, incluyendo su sonora risa y su sentido del humor frecuentemente lleno de doble sentido. Ortiz cargaba consigo un magnetismo, llevándose la atención, lo cual protegía indirectamente a sus compañeros más jóvenes de tener que cargar con todas las expectativas en un mercado obsesionado con los deportes, el cual espera que sus equipos ganen en toda ocasión.
Ortiz, de forma similar, tenía una influencia similar en la alineación, siendo el dueño de la mitad del orden ofensivo. Hasta su último encuentro, Ortiz era uno de los bateadores más temidos de todo el béisbol, una fuerza a la que había que tratar de acallar cada vez que se paraba al plato. La mera idea de tener que enfrentar a Ortiz con corredores en base en un encuentro cerrado cambiaba la forma en la cual los equipos asumían su pitcheo al resto de los miembros de la alineación de los Medias Rojas.
Sin Ortiz presente, los oponentes han desplazado su atención hacia Betts.
"Hay un hombre, que vestía el número 34, ya no está en esa alineación. Como lanzador, uno trabaja de forma diferente sin el gran hombre allí", dice el scout de la Liga Nacional. "La Liga se ha ajustado a (Betts), y él volverá a ajustarse en respuesta".
Específicamente, Betts ha visto más sliders (una en cada cinco pitcheos, de acuerdo a FanGraphs, comparado con el 17.8 por ciento de las ocasiones en la pasada temporada. Betts es conocido por sus manos sumamente veloces, y los equipos rivales parecen estar más conscientes de su habilidad para batear pitcheos adentro. Como resultado, los pitchers están atacándolo afuera, incluso lejos del plato.
En mayor medida, Betts simplemente no está viendo muchos pitcheos que pueda batear. Hasta el jueves, apenas el 43.4 por ciento de los lanzamientos que vio se encontraban dentro de la zona de strike, una caída con respecto al 47.6 por ciento del año pasado y el 49.1 por ciento de 2015. Y aunque su total de ponches ha permanecido bajo y continúa haciendo contacto consistente, tampoco ha hecho contacto con igual autoridad. El hecho es que Betts ha sido más propenso a batear elevados cortos que el toletero promedio de Grandes Ligas.
"Si le lanzan en la zona, lo va a batear", dice el coach de bateo de los Medias Rojas Chili Davis. "El problema es que, cuando comienzan a retarte fuera de tu zona, ¿qué tan lejos de tu zona estás dispuesto a ir? Cuando no se siente bien al plato, tiende a irse lejos de la zona en exceso".
Betts tiene una manera más simple de explicarlo.
"No estoy siendo consistente, no le hago swing a buenos pitcheos", afirmó recientemente. "Estoy básicamente tratando de hacer un montón de cosas que no se supone que debo hacer. Tengo que trabajar en enderezar esto".
He aquí las buenas noticias para los Medias Rojas: Betts y Davis dicen que creen haber encontrado la respuesta.
Durante semanas, Davis creyó que la longitud de la forma de pararse de Betts era el problema. Sin embargo, durante una reciente sesión de video, ambos concordaron que el equilibrio de Betts era el problema. Al intentar alcanzar los pitcheos en la mitad lejana del plato, estaba haciendo una estocada muy lejana y se movía lejos de la pelota.
"Pitcheos que él conectaba fácilmente (pitcheos por dentro, al medio e incluso lejos) ya no los captaba", dice Davis. "Su swing se hizo muy largo, y no podía chocar pelotas por dentro. Incluso, si sacaba un hit, pues la pelota ya no estaba saltando de su bate. Al corregir esto, ya podía alcanzar envíos adentro. Y pudo estar más tiempo en contacto con sliders que ya tenía controladas, las podía batear en cualquier momento".
Hace cinco días, Davis dice que Betts salió de la práctica de bateo diciendo: "Hombre, esta fue la mejor práctica de bateo que he tenido en mucho tiempo". Pues bien, Betts ya tiene seis imparables, incluyendo tres dobletes y un cuadrangular, en sus últimos cuatro partidos.
"Creo que estoy volviendo a tomar ritmo", afirma Betts. "Mejorando día tras día".
Durante el entrenamiento primaveral, Betts le comentó a todos quienes le preguntaban, que éste no utilizaría a la temporada anterior como medidor de sus objetivos para el año que comenzaba. Esto se entendió como si el propio Betts sospechaba que tendría problemas para repetir su actuación de 30 vuelacercas.
Farrell indica que no considera que la temporada pasada fue algo fugaz. Davis tampoco. Betts no tiene el perfil de un slugger arquetípico. Sin embargo, Los Medias Rojas están confiados en que Betts nuevamente mostrará poder digno de un toletero en el corazón ofensivo, incluso a pesar del hecho que Ortiz ya no está allí para darle protección.
"Es difícil igualar los números (del año pasado), pero la sensación y consistencia siempre pueden mejorar", indica Davis. "Mookie es un perfeccionista. Creo que ese detalle es lo que lo hace tan buen pelotero. Otros lo pueden ver y decirle: 'Hombre, tienes un buen año. No es la temporada pasada, pero estás bateando bien'. Y él les responderá: 'Sí, pero no me siento bien'".
"Para mí, lo que me decepciona es haber necesitado tanto tiempo para poder llegar a un punto que lo haga sentir cómodo. Pero, bueno, es una experiencia de aprendizaje para todos. Oye, yo también he tenido noches sin dormir".
Mientras los Medias Rojas esperan que el bate de Betts despierte por completo, están satisfechos con su defensiva y corrido de bases, capaces de cambiar el destino de un encuentro.
"La gente tiene que recordar que este es un deporte difícil y que ellos no tendrán temporadas descollantes todos los años", dice el scout de la Liga Nacional. "Lo pueden negociar a mi equipo cuando quieran".