El boxeo es un deporte caprichoso, extraño, lleno de circunstancias, accidentes, decisiones, momentos, detalles. En apariencia, todo ello está por debajo de las condiciones técnicas, físicas y mentales de los dos protagonistas del combate en la T-Mobile Arena, pero uno nunca sabe. Lo que parece claro es que tanto el mexicano como el kazajo tendrán una responsabilidad mucho más marcada que su propia gloria particular en la cita de este sábado: la de darle credibilidad a todo un deporte que ha conocido una de sus peores crisis en los últimos tiempos. 'Canelo' y Golovkin tienen todo para hacerlo, pero...
LAS VEGAS, Nevada.- Saúl 'Canelo' Álvarez y Gennady Golovkin podrían tener un reto mucho más importante y decisivo que su propia victoria la noche del sábado en la T-Mobile Arena de esta ciudad: Un triunfo por la credibilidad de un deporte que ha sido "vapuleado" en la ultima época.
Los pronósticos sobre quién será el ganador por la batalla del campeonato mundial mediano no son muy claros ni contundentes. Lo que sí es concluyente en casi todos los expertos y aficionados es que será un duelo memorable que reivindique la historia misma del boxeo.
"Es una pelea que será recordada dentro de 20 años", dice el promotor Oscar de la Hoya.
Nada puede fallar. Golovkin es un boxeador serio, trabajador, honesto que ha tenido una gran carrera, primero como boxeador olímpico en su país natal y después como boxeador profesional, donde no ha perdido en 37 peleas y ha logrado construir, justo en la etapa final de las trayectorias de Mayweather y de Pacquiao, una reputación de pegador endemoniado, hecho que logró transformarlo en la gran estrella de la cadena HBO. El público del boxeo, cansado del boxeo defensivo y elusivo de Mayweather, buscaba y encontraba satisfacción a sus necesidades en el implacable boxeador kazajo. Y el 'Canelo' es un boxeador al que yo, en lo personal, siendo uno de sus grandes detractores, aprendí a respetar noche con noche. Su boxeo ha mejorado. Se ha convertido, tras peleas ante superestrellas de la época -Floyd Mayweather y Miguel Cotto- en un temible contragolpeador. Tiene un "uppercaut" imponente, ha aprendido a moverse sobre el ring y a sus 27 años luce como "un roble", físicamente apto para cualquier empresa que proponga la noche del sábado.
Tenemos dos grandes boxeadores, auténticos merecedores de la expectativa que ha generado la pelea. Dos personajes que pueden respirar o aproximarse a figuras legendarias en el filo de las 160 libras: Sugar Ray Robinson, Sugar Ray Leonard, Tommy Hearns, Marvin Hagler, Carlos Monzón, Archie Moore, Marcel Cerdán o Roberto 'Manos de Piedra' Duran. El boxeo presiente y cree que tiene en sus manos una noche en la que nada puede fallar para vivir una memorable jornada de emociones, de buen pugilismo, de equilibrio, de argumentos técnicos y físicos. El mismo boxeo que en el pasado reciente ha vivido de la incertidumbre, de las carencias, de momentos que resultaron traicionados por los propios protagonistas de la industria, de cuestiones más apegadas a la necesidad de un espectáculo y de un circo que a la seriedad e historia que establece este deporte.
'Canelo' y Golovkin pueden y deben darle la certeza que tanto ha buscado el boxeo en los últimos tiempos. Las condiciones de ambos, las estadísticas, los hechos fehacientes indican que nada puede fallar, pero el boxeo es un deporte donde siempre hay espacio para incidentes, circunstancias y accidentes. Cualquier detalle puede terminar lastimando lo que parece una combinación perfecta. No falta mucho para que suene la campana. Veremos qué sucede.