Los Cerveceros de Milwaukee han tenido una temporada baja ocupada, especialmente en el transcurso de la semana pasada, en lo que parece ser el final de un proceso de reconstrucción sorprendentemente corto, como si la gerencia tuviera un sentido de urgencia para poder competir en la campaña número 50 de la historia de la franquicia.
Las adquisiciones de los jardineros Lorenzo Cain, vía agencia libre, y Christian Yelich, en intercambio con los Marlins de Miami, más las firmas de los relevistas Matt Albers y Boone Logan han puesto a los fanáticos a soñar en la ciudad.
Pero incluso después de todas esas mejoras, el sitio Fangraphs todavía proyecta que los Cerveceros terminarán con un récord de 77-85, algo sorprendente, teniendo en cuenta que el año pasado tuvieron balance positivo de 86-76 y el equipo estuvo batallando hasta las fechas finales del calendario regular por entrar a la postemporada.
Pero al analizar en profundidad la plantilla del club, saltan a la vista algunos huecos importantes que pueden afectar su capacidad para competir con equipos más completos.
La rotación abridora es su problema más obvio.
Jimmy Nelson, quien tuvo en el 2017 la mejor campaña de su carrera (12-6 y efectividad de 3.49 en 29 aperturas), estará fuera de juego hasta junio mientras se recupera de una cirugía por un desgarramiento en el hombro derecho.
Los diestros Chase Anderson y Zach Davies parecen ser apuestas seguras para los puestos uno y dos, pero más allá de ellos, el staff de abridores está lleno de signos de interrogación, con el zurdo Brent Suter, el mexicano Yovani Gallardo, quien regresa a Milwaukee, y el venezolano Jhoulys Chacín.
Eso no quiere decir que los Cachorros de Chicago y los Cardenales de San Luis no tengan sus propias dudas, pero la rotación de los Cerveceros sin Nelson podría ser una experiencia amarga durante la primera mitad de la temporada.
Y Milwaukee no tiene un bullpen como el de los Yankees de Nueva York, que alivie la carga de trabajo de los abridores como pueden ser los relevistas de los Bombarderos.
El puente para llegar desde los iniciadores al cerrador Corey Knebel, quien resultó una grata sorpresa el año pasado con sus 39 rescates y 126 ponches en 76 entradas, está lleno de grietas.
El zurdo Josh Hader debe ser el hombre del octavo episodio, pero está por verse si el recién llegado Albers es capaz de repetir los números que consiguió la pasada campaña con los Nacionales de Washington (7-2, 1.62), teniendo en cuenta que en 12 años de carrera tiene balance de 36-39 y efectividad de 4.13, números del montón.
Y Logan regresa de una lesión que lo marginó durante los últimos dos meses de su contrato con los Indios la temporada anterior.
El resto del cuerpo de apagafuegos es un grupo heterogéneo que incluye al venezolano Junior Guerra, Jacob Barnes, Olivier Drake y Jeremy Jeffress.
La ofensiva de Milwaukee probablemente pueda considerarse como una fortaleza, pero no deja de tener sus propios agujeros.
Queda por ver si el dominicano Jonathan Villar puede recuperarse de una campaña increíblemente pobre en el 2017, cuando se ponchó en más del 30 por ciento de sus turnos y su promedio de embasamiento (OBP) estuvo por debajo de .300.
En la receptoría, el venezolano Manny Piña es bastante confiable defensivamente hablando, pero con el madero está lejos de ser Jonathan Lucroy.
De todos modos, la llegada de Cain y Yelich viene a reforzar una alineación que puede resultar intimidante para los lanzadores rivales, sobre todo si el jovencito venezolano Orlando Arcia sigue su desarrollo ascendente, Travis Shaw repite una temporada de 30 jonrones y 100 impulsadas y Ryan Braun se mantiene saludable.
Eric Thames demostró en el 2017 que puede batear en Grandes Ligas, luego de destrozar la menos exigente liga coreana, mientras que los venezolanos Hernán Pérez y Jesús Aguilar y Eric Sogard, serán los principales reemplazos disponibles en la banca.
Está por verse cómo maneja el manager Craig Counsell su alineación diaria, con unos jardines sobrepoblados que además de Braun, Yelich y Cain, cuentan con un fildeador excepcional como Keon Broxton y el quisqueyano Domingo Santana, capaz de sacar 30 pelotas del parque en el 2017.
Alguna de estas piezas podrían todavía usarse como monedas de cambio para reforzar el pitcheo, el área que podría darle la razón a Fangraphs en su pesimista proyección.
A punto de cumplir medio siglo de existencia, los Cerveceros, nacidos en 1969 en la Liga Americana y cambiados a la Nacional en 1998, sólo han ido cuatro veces a la postemporada, con una visita a la Serie Mundial (1982), que perdieron 4-3 ante San Luis.
La última vez que estuvieron en playoffs fue en el 2011, cuando también fueron eliminados por los Cardenales en la serie de campeonato del viejo circuito.