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Lobos BUAP y La Rebelión de los Colgados

LOS ÁNGELES -- A Rafa Puente del Río no hay que felicitarlo por estar cerca del rescate absoluto de Lobos BUAP.

Más bien hay que agradecerle que entre tormentas y días soleados, entrega un equipo de orientación espectacularmente suicida para sobrevivir.

"La Rebelión de los Colgados", podría definirlo Bruno Traven. Lo cierto es que para quienes disfrutan sin apasionamientos, es el único equipo que vale la pena el precio del boleto

Este sábado, Lobos dio otra demostración de esa fascinante agresividad, a veces ingenua, a veces inocentona, pero siempre organizada, devota de jugar bien al futbol y de jugar bonito al futbol.

5-0 a Veracruz. Un dominio inobjetable ante el equipo que llegó pomadoso y oliendo a dandi de puerto alegre, tras poner en aprietos a ese América que regentea, en el pent-house, esta Liga MX.

En la semana, tras el zarandeo sufrido en la Copa, Rafa Puente declaró huérfano a su plantel con una frase brutal: "No me siento identificado con (la actitud) este equipo (estos jugadores)".

Parece que en esa relación tempestuosa de encuentro y desencuentro, la batalla la gana el entrenador y los jugadores regresan contritos al regazo.

Lobos es un equipo armado con el presupuesto del ninguneo. No posee la carta de muchos jugadores. Los tiene bajo arrendamiento. Son de otros, pero reciben salarios poblanos.

Y es difícil asociar, comprometer, amasar, hermanar y pastorear, a un grupo de jugadores que divaga sobre el sentido absoluto de identidad. No saben si pertenecen más al que los renta o al que les paga.

Difícil arengar a jugadores que más allá de sus virtudes, terminaron encontrando en Lobos un equipo con presupuesto de obrero de fin de quincena.

Y, sin dejar de lado sus descalabros, el ser el segundo equipo más goleado en La Liga, las noches gitanas que se rumoran sobre el plantel, lo cierto es que por encuentros deliciosos como este ante Veracruz, un juego que no era de vida o muerte, sino de vida y muerte, sus jugadores merecen indulgencias plenarias, hasta que...

Circunscribir el mérito de Rafa Puente a la capacidad de convencer a cada uno de sus jugadores que son mejores que los millonarios publicitados de sus diferentes adversarios, limitarlo a eso, sería injusto.

Queda claro que el técnico, aún debutante, aún novato, aún germinando, en la Liga, tiene más cartas náuticas vigentes que muchos otros técnicos. Lo ha demostrado desde el ascenso, y a veces, si pierden de vista el faro y se hunden, es porque alguno o algunos de sus jugadores traiciona, en el sentido deportivo, a sus compañeros.

Por eso, si Rafa Puente ha demostrado que puede hacer bien su tarea, estos, que en términos dramáticos y crueles, salen a cada batalla como condenados a muerte, merecen un reconocimiento por sobrevivir a sus propias sentencias.

Este sábado, a Veracruz le pudieron hacer diez y el escándalo habría obligado a tirar a la fosa común los restos de los que han dejado de ser Tiburones, aunque sigan siendo Rojos. Su dueño, Fidel Kuri, los ha hecho a su imagen y semejanza: filibusteros de ocasión.

Lobos dominó el encuentro. Se dio un paseo. Jugó bien y siempre jugó mejor que el rival. La sencillez y pureza con la que intentaban hacer futbol, servirá, sin duda, de contraste, cuando vuelvan, porque lo harán, a las andadas y al sufrimiento.

Hoy están cerca de salvarse. Toman ventaja sobre Querétaro, Atlas y Veracruz, en momentos en que los entrenadores de Gallos Blancos y jarochos, han jugado rácanamente, en contraste con estos Lobos que defienden el principio fundamental de futbol: el espectáculo.

Por definición de mascota y de heráldica, el lobo no huye, ni se acobarda. Estos de la Benemérita, tampoco.

Por eso, más que felicitarlos por su eventual salvación, hay que agradecerles que lo hacen, aún con la Espada de Damocles recién afilada, con la dignidad del que respeta las reglas básicas del futbol y el paladar de los aficionados.

No afectó el desenlace, pero el árbitro Fernando Guerrero se comió un claro penalti sobre Advíncula y le perdonó la roja a Ramos de Veracruz.