MESA, Ariz. - Fue una escena inusual, en particular porque fue un atleta de un millón de dólares. Kyle Schwarber vino caminando a través del camerino primaveral de los Cachorros de Chicago una mañana con un envase de plástico Tupperware en su mano.
¿Desde cuándo los jugadores de Grandes Ligas traen su propia comida al trabajo? La respuesta: Desde que dicho jugador intenta mantener una dieta estricta.
Lo que comenzó como un cambio en su estilo de vida en la temporada baja para Schwarber ha continuado en todos los entrenamientos primaverales. Lo podemos catalogar como la Fase II de El Regreso. Primero vino el perder 20 libras de peso y mejorar su forma física. El siguiente paso, que se ha ido desarrollando en la primavera, era tomar todas esas horas adicionales de entrenamiento en el gimnasio durante los meses de invierno y ponerlas a prueba durante los partidos de la Liga del Cactus.
Pese a que son solamente partidos de primavera, Schwarber ha dominado los mismos de la misma manera que lo hizo con su plan de temporada baja. Al llegar a los partidos del jueves, Schwarber batea .429 con porcentaje de embasamiento de .500 ante pitcheo zurdo. No es sorpresa para los cazatalentos que han seguido a los Cachorros y se han impresionado con lo que han visto.
"Está utilizando más sus manos", dijo un escucha de la Liga Nacional que recientemente vio el swing de Schwarber. "Es más compacto. Va a poder batear más rectas. Aparte de eso, luce igual".
El manager de Schwarber también notó la idea de "más manos".
"Lo otro que he visto es que no está haciendo el swing igual de duro", dijo Joe Maddon. "Lo tiene más bajo su control. Más manos, menos brazos. Y con eso, luce más fácil. Lo está haciendo más fácil. Se relajó un poco. Y con mejores ajustes con dos strikes".
Schwarber, de 25 años, ha estado descosiendo las pelotas - conectó un elevado de sacrificio y la llevó a la cerca del jardín central con la punta del bate el miércoles, y luego conectó cuadrangular al izquierdo en su siguiente turno - pero la clave de su regreso podría estar en las pelotas que no batee. El dejar pasar lanzamientos en el borde de la zona fue la carta de presentación de Schwarber temprano en su carrera, en particular durante su milagroso regreso para la Serie Mundial del 2016. Pero la temporada pasada, hizo swing y falló rectas altas con mayor frecuencia que cualquier asociado a los Cachorros le habría gustado. Así que cuando vemos ocho boletos en 50 apariciones al plato en esta primavera, vemos progreso - o quizás simplemente un regreso al viejo Schwarber.
"El juego está allá arriba ahora mismo", dijo Schwarber. "Uno no quiere buscar esas pelotas, pero uno tiene que conocer la parte superior de la zona. ... Uno ve especialmente a más chicos del bullpen colocando la pelota allá arriba"
Una secuencia reciente es lo que mejor podría ilustrar la conciencia actual de Schwarber de la zona de strike: Él recibió un boleto de cuatro pitcheos ante el lanzador de los Rojos de Cincinnati Kevin Shackelford. Tres de los lanzamientos estuvieron en el borde de la zona, pero Schwarber ni siquiera pestañeó. Maddon dice en ocasiones, "Si recibes boleto, estás bateando", y eso es lo que le aplica ahora a Schwarber. E incluso si le hace swing a un pitcheo en el borde alto de la zona, su forma de batear con las "manos" le debe ayudar.
"Él está trabajando para dejar pasar esos pitcheos o atacarlos si tiene que hacerlo", dijo Maddon. "Realmente no lo puedes hacer si todo lo que usas es los brazos. No puedes llegarles apropiadamente a los lanzamientos altos. Piensen en Vlad Guerrero. Yo siempre pensaba que él parecía como que estaba intentando darle a una piñata en una fiesta de cumpleaños. Sus manos siempre estaban ajustándose a donde estaba la pelota. Eso es lo que debe hacer un buen bateador que usa bien sus manos. Y le he visto hacer más de eso".
Además del tiempo que Schwarber pasó en el gimnasio en la temporada baja, él gastó dinero para mejorar su pronóstico para el 2018. A un costo de alrededor de $3,500, él compró una nueva máquina de pitcheo. Para aquellos cínicos que dice que solo el perder peso le hará un mejor bateador, Schwarber respondió tomando swings - muchos de ellos. En un esfuerzo por jugar todos los días - no solo ante los lanzadores derechos - él colocó la máquina en el lado izquierdo del montículo del lanzador y la puso a tirar todo tipo de lanzamiento, desde rectas hasta curvas. Una y otra vez, Schwarber imitó el bateo ante un zurdo. Los resultados se han visto en esta primavera.
"Luce más calmado ahora ante los zurdos", según observó un segundo cazatalentos. "Él está utilizando sus manos para trabajar alrededor de algunas pelotas que quizás el año pasado no alcanzaba".
Cada vez que un cazatalento ha notado un matiz mientras Schwarber dispara pelotas a lo largo de los jardines de la Liga del Cactus, Maddon casi se hace eco de ese mismo pensamiento.
"A mí no me gusta cuando los bateadores le hacen swing a una pelota", dijo Maddon sin ser sarcástico. "Batéala, golpéala, quítale la costura. Pienso que él está haciendo más de eso. No le está haciendo swing con sus brazos".
El análisis de Schwarber es menos drástico. Él estaba buscando más rapidez, lo que él sabía que llegaría con la baja en peso. Había poco que ajustar con su swing actual.
"Era más que todo limpiar algunas cosas", dijo. "Quizás recortarlo un poco. Cosas así. ... Mi meta era golpear la pelota con la parte gruesa del bate. Eso es todo lo que quiero hacer. Y partir de ahí.
"Yo solo quiero enfocarme más. Mantenerme en mi zona y no salir a buscar nada fuera de ella".
Jugar cada día es solo la primera meta de temporada regular para Schwarber. Jugar nueve entradas a la defensiva podría ser la próxima. Claramente sigue siendo un trabajo en progreso en los jardines - los cazatalentos fueron unánimes en dicha evaluación - pero su primer paso nada más le debe permitir llegarle a más pelotas. De hecho, su mayor tarea podría ser entender a cuáles pelotas no le puede llegar, algo así como la versión defensiva de una recta alta.
"Si la pelota es bateada detrás de él, tiene que dejar que choque contra la pared y recogerla", dijo el primer cazatalentos. "Esa puede ser la diferencia entre un sencillo y un doble, o un doble y un triple".
Schwarber admite que sigue aprendiendo. Por lo menos tiene un brazo de receptor fuerte y bastante certero. La conclusión: Si batea, no va a importar mucho como juegue en el izquierdo. Ese siempre ha sido el sentir de los Cachorros, pero un poco de más defensiva junto con una gran mejora en el plato podría devolverle su estatus legendario a Schwarber en Chicago y el mundo del béisbol. ¿A quién no le gusta una historia de un regreso?
"Él está en una misión", dijo el coach de fuerza de los Cachorros Tim Buss.
Y en cuanto al envase de plástico Tupperware, Schwarber también gastó dinero en un chef personal, en Florida en el invierno y en Arizona en las pasadas seis semanas. Algunas veces solo hace sentido el traer su almuerzo.
¿Qué había en el envase?
"Pollo", dijo Schwarber. "Mucho pollo".