Tiene condiciones extraordinarias, pero también tiene un mercado interno que lo reclama y necesita. Rodolfo Pizarro no estará en Rusia 2018, pero debe apurarse para que lograr su "salto" al siguiente nivel competitivo. Si se queda en México, jamás sabremos la clase de jugador que pudo haber sido. Europa lo espera, cuanto antes, sin ninguna escala que, a sus 24 años, ponga en riesgo el sueño de verlo triunfar entre los mejores de este deporte. Para Pizarro era importante el Mundial, pero es más importante que vaya a algunas de las Ligas europeas a seguir desarrollando sus magníficas habilidades.
CIUDAD DE MÉXICO - Para Rodolfo Pizarro es más urgente jugar en Europa que ir a un Mundial. La única forma de probar si es uno de esos "futbolistas elegidos" es que dé e salto al siguiente nivel competitivo. Y ese nivel no está en Chivas, ni en Rayados, ni tampoco en una selección que pronto jugará el Mundial. El verdadero parámetro de Pizarro no es Rusia. Es jugar y desarrollarse en alguna Liga europea de mayor valía.
Por increíble que parezca, en un futbol donde el jugador mexicano tiene cada día menos protagonismo y más dificultades para sobrevivir, la lista o pre-lista mundialista de la selección para el Mundial de Rusia encontró espacio para la controversia.
Esa controversia se llama Rodolfo Pizarro. Y más allá de que merecía o no estar entre los "28 mejores" futbolistas actuales, persiste la sensación de que el simple hecho de generar la duda o la polémica, nos ofrece una idea clara de la clase de futbolista que México tiene en sus manos.
En momentos donde las nóminas de los clubes mexicanos están plagadas de futbolistas extranjeros -porque las reglas y los negocios favorecen a esa condición- Pizarro que ha tenido una sobresaliente temporada y que está llamado a ser una de las grandes joyas al futuro del futbol mexicano, pero lo único que hizo Juan Carlos Osorio es afianzarse con la base de futbolistas que están "a muerte" con él y que lo llevaron hasta la cita rusa. Por más que un jugador de último momento se haya ganado un pasaje al Mundial basado en sus buenas actuaciones -está Pizarro y está "El Gallito" Vázquez, por ejemplo-, el entrenador iba a ratificar a quienes han estado con él, en las buenas o en las malas y bajo cualquier tipo de presión. Con mucha anticipación, Osorio dijo que había una lucha en medio campo -un sitio donde de pronto aparecen y destacan jugadores de buen trato con el balón y condiciones diferentes para jugar- y que en esa "batalla" estaban futbolistas como Giovanni Dos Santos, Marco Fabián de la Mora y el propio Pizarro. Al final, se inclinó por la trayectoria -podemos llamarle jerarquía- del jugador del Galaxy y le dio, según parece, un valor al hecho de que Marco Fabián actúe en una liga tan demandante como la alemana. El tiempo de Pizarro llegará. Ha tenido un semestre bueno en el Guadalajara y nadie tiene duda de que pronto podría dar un salto para jugar en un futbol de mayores dimensiones que el mexicano. Es joven, pero no tanto, tiene 24 años y debe apurar un destino europeo antes de que las necesidades del mercado interno lo atrapen y la idea de probarse en el mayor nivel del juego quede como una promesa incumplida.
Chivas ha admitido que tiene ofertas por él en la mesa. Supongo que una de ellas, quizá la más atractiva, proceda del norte. Pero jugar en los Rayados es lo mismo que hacerlo en Chivas. Pizarro requiere probarse en la siguiente escala, para saber si realmente pertenece a ella o su lugar será siempre el nivel mediano del futbol mexicano.
Puede que el Mundial hubiese sido una vitrina atractiva, pero él puede crecer más y desarrollar todas sus habilidades como jugador si accede a Europa cuanto antes.
"El problema es que los directivos mexicanos pedirán 15 o 20 millones y nadie va a pagar eso ahora", me dijo hace un par de semanas Javier "El Chicharito" Hernández durante una plática en Londres. "Él tiene el nivel para jugar aquí. Yo estoy seguro de ello".
Más que Juan Carlos Osorio, el verdadero obstáculo de Pizarro podría ser las necesidades del futbol doméstico y hasta el hecho de que su club actual, Chivas, atraviese por una crisis económica que le obligue a venderlo al mejor postor y si la oferta del mercado interno supera lo que ofrecerían en Europa, no habrá ninguna vacilación en dejarlo en el futbol doméstico. El tiempo pasa rápido. Un futbolista debe tomar la decisión correcta. Jugar en Europa es más urgente para Pizarro que ir a un Mundial.