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Los cerradores aportan ingrediente a rivalidad entre Yankees y Medias Rojas

Añádanle un ingrediente adicional a la tradicional rivalidad entre los Medias Rojas de Boston y los Yankees de Nueva York.

Ambos equipos, que luchan a brazo partido el liderazgo en la división Este de la Liga Americana, tienen en Craig Kimbrel y Aroldis Chapman a los mejores cerradores del béisbol.

Y no se trata sólo del dominio que ejercen cuando se paran sobre la lomita, sino por la proyección de sus carreras, que los separan de otros cerradores estelares como Wade Davis, quienes tienen el tiempo en su contra.

Kimbrel, quien cumplirá 30 años el próximo 28 de mayo, ya suma 303 salvamentos y apenas va por su novena temporada en las Mayores, divididas entre los Bravos de Atlanta, los Padres de San Diego y los Medias Rojas. Eso le da un promedio de 41 rescates por campaña.

En 488 innings y dos tercios acumula 799 ponches, equivalentes a 14.7 abanicados por cada nueve episodios.
Por su parte, el cubano Chapman, dueño del pitcheo más veloz en las Mayores, es tres meses mayor, pues recién cumplió 30 el 28 de febrero.

Al igual que Kimbrel, está en su noveno año en Grandes Ligas, divididos entre los Rojos de Cincinnati, los Cachorros de Chicago y los Yankees.

Tiene ya 213 salvados, 90 menos que el de Boston. En 445.1 capítulos ha liquidado por la vía de los strikes a 740 bateadores, a un promedio de 15 por cada nueve entradas. Su media de rescates por año es de 32.

El gran Mariano Rivera, considerado con justicia el mejor cerrador de todos los tiempos, salvó 652 juegos a lo largo de 19 temporadas.

A sus 30 años, la edad recién cumplida por Chapman y a punto de llegar Kimbrel, Rivera solamente sumaba 165 salvamentos.

El panameño lanzó hasta los 43 años, dando muestra de una consistencia y durabilidad envidiables. En sus últimos tiempos, lanzaba anunciada la recta cortada y seguía partiendo más bates que nadie y dominando a los rivales con la facilidad de quien mata a una mosca.

Si el béisbol fuera una ciencia exacta, Kimbrel debería superar ampliamente al último pelotero que usó el número 42 en las Grandes Ligas.

Supongamos que al igual que Mariano, estos dos logran mantenerse saludables y consistentes por 19 años.

Si el de Boston consigue 41 salvados en 19 temporadas, sería el primero en superar los 700 rescates, 779 para ser más específicos.

En el caso del cubano, terminaría su carrera con 608 salvamentos, una cifra que si bien no le alcanza para igualar o superar al panameño, lo pondría en un club exclusivo que ahora mismo, además de Rivera, sólo integra Trevor Hoffman (601).

Ambos tienen a su favor el hecho de pertenecer a equipos que siempre están en la pelea, lo cual les da abundantes oportunidades de sumar en la casilla de los salvados.

Fue algo que favoreció a Rivera, miembro de los poderosos Yankees que desde 1995, su año de debut, hasta el 2011, cuando dijo adiós, sólo quedaron fuera de la postemporada en una ocasión, 2008.

De la misma manera, el jugar 16 de sus 18 campañas con los Padres lastró las posibilidades de Hoffman, pues en 12 de ellas el equipo tuvo récord perdedor.

Pero volviendo a Kimbrel y a Chapman, el béisbol NO es una ciencia exacta.

Perfectamente los promedios de ambos pueden dispararse aún más o caer repentinamente, sus brazos podrían ser presa de inesperadas lesiones y sus aspiraciones de alcanzar al gran Mariano se irían por la borda con la misma velocidad que hoy lanzan llamas hacia el plato.

Por lo pronto, vale la pena disfrutar cada vez que se vean cara a cara en los innings finales de esos juegos que son un espectáculo digno de ver desde el primero hasta el out 27.