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Triple Corona y otros logros que podríamos ver en septiembre

Aunque los sabermétricos insistan en estos tiempos en restarle importancia, ganar la Triple Corona del bateo es una de las hazañas más difíciles de conseguir.

Y es que para ello es necesario combinar como nadie el bateo de contacto con el de fuerza y encima de eso, hacerlo con oportunidad.

Este año podríamos ver este fenómeno, que en más de 140 años de béisbol, solamente 14 hombres han conseguido, aunque dos de ellos, los inmortales Rogers Hornsby (1922 y 1925) y Ted Williams (1942 y 1947) lo hicieron dos veces.

El cubano J.D. Martínez podría repetir en el 2018 la hazaña que ya consiguió en el 2012 el venezolano Miguel Cabrera, único latino en la reducida lista.

Martínez, de los Medias Rojas de Boston, abre el mes de septiembre como líder absoluto en carreras impulsadas (114) y comparte la punta de los jonrones en la Liga Americana con Khris Davis, de los Atléticos de Oakland, ambos con 39.

Además, va segundo en average, con .333, a ocho puntos de su compañero de equipo Mookie Betts.

La tiene difícil, pues dada su función dentro de los Medias Rojas, a él se le pide bateo de poder, con swing grande, en detrimento del contacto, aunque el cubano ha demostrado ser la clase de bateador que puede hacer las dos cosas al mismo tiempo.

40-40

En los primeros 100 años de las Grandes Ligas, ningún jugador pudo robar 40 o más bases y al mismo tiempo batear 40 o más jonrones.

Hace 30 años, en 1988, el cubano José Canseco inauguraba el club 40-40, al que desde entonces se han incorporado otros tres miembros: Barry Bonds (1996), Alex Rodríguez (1998) y el dominicano Alfonso Soriano (2006).

El quisqueyano José Ramírez podría ser el nuevo integrante de ese selecto grupo, pues ya suma 37 palos de vuelta entera y 29 estafas.

Con tres grandes swings más completaría la parte de los cuadrangulares, pero necesita que el manager Terry Francona le dé luz verde en los senderos, para que pueda correr libremente en busca de los 11 robos que le faltan.

Podría ser, sobre todo, porque los Indios de Cleveland ya están 99 por ciento seguros en los playoffs y pueden darse el lujo de arriesgarse en intentos de robos de bases.

Pero aparte de la posibilidad de entrar al club 40-40, Ramítez podría conseguir una rareza que solamente ha sucedido tres veces: ser líder en robadas y bambinazos. La primera vez que eso pasó fue en 1903, cuando Jimmy Sheckard botó nueve pelotas y estafó 67 almohadas para liderar la Liga Nacional.

Seis años más tarde lo consiguió Ty Cobb en la Americana, con nueve vuelacercas y 76 hurtos.

Y Chuck Klein, en 1932, encabezó el viejo circuito con 38 pelotas sobre las cercas y 20 estafas.

50 jonrones

En el 2017, Giancarlo Stanton, entonces con los Marlins de Miami, y su ahora compañero de equipo en los Yankees de Nueva York Aaron Judge, despacharon 59 y 52 cuadrangulares, respectivamente.

A falta de un mes de concurso, Martínez y Davis van igualados con 39.

Está difícil llegar a medio centenar de vuelacercas, pero no es imposible.

El de los Medias Rojas ha disparado siete bambinazos en cada uno de los últimos tres meses (junio, julio y agosto), pero 11 no es una cifra inalcanzable, si se tiene en cuenta que en mayo despachó 13.

En el caso del toletero de Oakland, producción ha ido en incremento, con seis en abril, igual cantidad en mayo, siete en junio, nueve en julio y diez en agosto.

¿200 hits? No way, José

El 2013 fue el último año en que ningún bateador llegó a 200 imparables.

En aquella ocasión, Matt Carpenter, de los Cardenales de San Luis, y el dominicano Adrián Beltré, de los Rangers de Texas, fueron los líderes de la Nacional y la Americana, respectivamente, ambos con 199.

Una lesión sacó de acción al venezolano José Altuve por 21 partidos, lo que le impedirá extender a cinco su racha de temporadas seguidas con 200 o más cohetes.

Necesitaría 54 en los 27 juegos que le quedan a los Astros de Houston en septiembre, a dos por partido. Pero de Altuve se puede esperar cualquier cosa.

Ahora mismo, el máximo productor de hits en la campaña es J.D. Martínez, quien cerró agosto con 164.

Batear 36 inatrapables en lo que resta de calendario también se ve difícil, aunque más probable que la tarea que tiene Altuve por delante.

Efectividad por debajo de dos carreras

El zurdo Chris Sale, actualmente en la lista de lesionados, encabeza la Liga Americana en efectividad con un promedio de 1.97.

El derecho Jacob deGrom, en la Nacional, exhibe una minúscula efectividad de 1.68.

En los dos últimos años, ningún lanzador logró terminar con un promedio de limpias inferior a las 2.00, desde que Zack Greinke lo hiciera en el 2015 con los Dodgers de Los Ángeles (1.66).

El último pitcher con menos de dos limpias por cada nueve entradas en el joven circuito fue Pedro Martínez en el 2000, con Boston, cuando tuvo 1.74.

Ahora bien, ¿cuándo fue la última vez que los líderes en efectividad de ambas ligas estuvieron por debajo de 2.00?

Fue en 1972, cuando Steve Carlton encabezó la Nacional con 1.97 y el cubano Luis Tiant la Americana con 1.91.

Eso fue hace tanto tiempo, que Bartolo Colón no había nacido aún.