Ni Bryce Harper, ni Manny Machado. La pieza más codiciada en el invierno podría ser J.T. Realmuto, el cátcher estelar de los Marlins de Miami.
El agente de Realmuto, Jeff Berry, dijo en una entrevista que está convencido de que su cliente vestirá un uniforme diferente cuando se abran los campos de entrenamientos primaverales en febrero.
Ello significa que el receptor no aceptará la propuesta de extensión contractual de los Marlins por tres o cuatro temporadas y 20 millones de dólares por año.
La receptoría es la posición que más tiempo lleva para que un jugador madure y los buenos enmascarados son sumamente escasos en cualquier béisbol de mundo.
El precio de Realmuto en el mercado ahora mismo es posiblemente el más alto que haya para un pelotero de su posición, pues se trata del cátcher más completo de todas las Grandes Ligas.
Seguro en la defensa, con un promedio de fildeo de .993, Realmuto tiene inteligencia para conducir a los lanzadores, buen brazo y certeza en los tiros a las bases, capacidad para bloquear envíos contra el suelo y excelente mascoteo para hacer strikes aparentes bolas.
En toda su carrera ha cometido apenas 36 passed balls, casi nada, si se tiene en cuenta que Yasmani Grandal, titular del equipo que ha ganado la Liga Nacional en los últimos dos años, tuvo 31 sólo en el 2018.
Con el madero ha sido un bateador sumamente consistente, con incrementos en los principales indicadores ofensivos cada año, desde que asumió la titularidad en la receptoría de los peces en el 2015.
Y a eso súmenle la rareza de ser un corredor veloz, velocísimo, casi un aborto de la Naturaleza entre los hombres de su posición, habitualmente pesados y lentos.
Cumplirá 28 años en marzo y desde hace rato, varios equipos han indagado por sus servicios, principalmente los Nacionales de Washington , los Atlanta Braves, Los Ángeles Dodgers y los New York Yankees.
Realmuto todavía está bajo control de los Marlins por dos temporadas más, aunque es elegible para arbitraje tanto en 2019 como en 2020, antes de convertirse en un agente libre sin restricciones en el 2021.
La gerencia podría negarse a cambiarlo, como exige el jugador, pero ello crearía un conflicto dentro del vestuario, pues no será fácil tener a un hombre que, independientemente de que sea un profesional, estará a disgusto y probablemente no se entregará en el terreno al 100 por ciento.
Entonces no le quedaría a Derek Jeter y compañía otra alternativa que sacarlo al mercado en un momento en que su valor está por las nubes y puede obtener mucho a cambio.
Ahora bien, no hay ninguna regla que obligue a los Marlins a cumplir los deseos del pelotero y en caso de que lo complazcan, tampoco hay que mandarlo a un equipo contendiente.
En buena lid, los peloteros que no entienden que no son otra cosa que empleados de las franquicias que les pagan -y nada mal, por cierto- merecen ser enviados a equipos peores de los que están o a ciudades para nada atractivas, incomparables con la magia de Miami.
Pero tomárselo como algo personal podría generar una situación en la que todos pierden.
Entonces, ya que Realmuto no quiere seguir con el equipo, tiene la gerencia que buscar el equipo que esté dispuesto a desprenderse de las piezas más valiosas posibles por hacerse de sus servicios, pues al final de todo, se trata de un negocio.