Se veía venir. La MLB se convirtió este martes en la más reciente liga deportiva profesional de Estados Unidos en asociarse con un operador de juegos.
El propio comisionado de las Grandes Ligas, Rob Manfred, anunció un acuerdo con MGM Resorts International, cuyos términos económicos no fueron dados a conocer.
Con este pacto, MLB las Grandes Ligas sencillamente siguen los pasos de la NBA y la NHL para recibir su tajada del pastel y no se extrañe nadie si más temprano que tarde, la NFL y la MLS hacen lo mismo.
De acuerdo con el pacto, las casas de apuestas deportivas de MGM comenzarán a utilizar las cifras oficiales de béisbol y tendrán acceso a estadísticas mejoradas de forma exclusiva.
Además, la propiedad intelectual de la MLB, como los logotipos de la liga y los equipos, aparecerá en la publicidad de MGM y en las casas de apuestas de la compañía.
MGM también tendrá presencia en el Juego de las Estrellas y la Serie Mundial.
Pero que no cunda el pánico. Esto no significa que el béisbol corra el riesgo de ser manchado por las apuestas, como ocurrió en la Serie Mundial de 1919.
Desde que el mundo es mundo, las apuestas han existido en los juegos de béisbol y este paso simplemente legitimará una práctica no siempre lícita para impedir que el dinero que genera se vaya a otra dirección.
En mayo, la Corte Suprema anuló la Ley de Protección de Deportes Amateur y Profesionales de 1992, un estatuto federal que había restringido las apuestas deportivas patrocinadas por el estado principalmente a Nevada.
Desde el fallo, las casas de apuestas reglamentadas se han abierto en Delaware, Mississippi, Nueva Jersey, Nuevo México, Pensilvania, Rhode Island y Virginia Occidental.
Por supuesto que se impone un mecanismo de vigilancia y control más estricto que impida a personas involucradas en las decisiones y resultados de los juegos participar en las apuestas.
Pero esto se refiere a los fanáticos. Serán los espectadores y no los actores y este acuerdo no debería afectar para nada la integridad del juego.
Es una manera más que MLB, una industria que genera diez mil millones de dólares, reciba más dinero aún, lo cual redundará en su crecimiento.
Ah, por cierto, este acuerdo para nada limpiará la imagen de Pete Rose, proscrito de por vida del béisbol por apostar en los juegos de los Cincinnati Reds cuando los dirigía en la década de los 80.