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Caso Maradona: San Luis busca ser de Primera con comportamientos de Segunda

“¡Se la come, Maradona se la come!”, fue el grito de guerra anoche, en medio de la ‘borrachera’ por los festejos del título del Atlético San Luis, que apenas ganó medio boleto para tener derecho a buscar el ascenso la próxima temporada.

No le busquen. No hay excusa. Simplemente es vergonzoso. Indigno de una verdadera afición que presuma de serlo, cuando lo único que vas hacer es lanzar suciedad verbal a una persona sólo por el hecho de ser el entrenador rival. Obvio el ‘otrora ‘10’ reacciona de una forma agresiva e irrefrenable.

¿Dónde está la organización del equipo San Luis? ¿Por qué no custodiaron a un personaje de la envergadura de Diego Armando, quien en un arranque de frustración por la derrota y la impotencia de la abierta provocación sólo busca vengar con puños la ofensa de mujeres y hombres que lo ‘apuñalan’ incluso por su condición de la enfermedad que padece ajena al tema deportivo y por la cual ha mantenido seguramente una lucha interna, un infierno que desgraciadamente muchos experimentan.

¿Dónde está la cabeza de la ‘dama’ que orgullosa con teléfono en mano grita y grita ¡se la come, Maradona se la come! ¿En serio? ¿Esa es su educación, acaso potencializada e inspirada en el anonimato que da la muchedumbre, pues se da el permiso de enjuiciar a otra persona por el hecho de ser el ‘odiado ‘adversario’? Si eso hace en un estadio ¿qué no hará en el día a día? ¿Cómo perderse el momento histórico de insultar a uno de las figuras más grandes del balompié mundial? Simplemente inadmisible, imperdonable, bochornoso.

Más triste ver el juicio sumario en las redes de la gente que acusa a Maradona de perder los estribos. Estoy seguro que como ser humano no puedes aguantar cuantas mentadas te hagan sólo por el hecho de ser persona pública. No es una defensa a ultranza al ‘Pelusa’, quien evidentemente se equivoca al tirar un golpe lleno de rabia. Pero dudo mucho que usted, amable lector, sea impasible ante los gritos emberbecidos de decenas de personas que le tiran lanzas verbales a su persona. Reaccionó como lo hubiera hecho cualquiera, pero es Maradona ni más ni menos y por ello es llevado a la palestra de la acusación.

¿Con qué cara nosotros podemos criticar lo sucedido en Argentina si desde acá también generamos violencia, provocamos e incendiamos el ambiente con palabras hirientes? ¿Quiénes somos? ¿Qué nos creemos? ¿Por qué actuamos de esa manera? ¿Dónde rebasamos la línea de respeto hacia otra persona con colores de afiliación diferentes? No hay forma de defender lo indefendible. Anoche en el Alfonso Lastras un puñado de personas que buscar estar en Primera tuvieron un comportamiento de Segunda.

Ojalá y esto se evite en los estadios. Espero que esta sea una llamada de atención para clubes de ascenso que la próxima temporada tendrán la visita del famoso entrenador de los ‘culichis’, la amarga experiencia de anoche que retrató lo que seguramente no son los potosinos, se evite y haya un manejo especial a la seguridad del argentino.

Es el mayor deseo. ‘Afortunadamente’ los hechos no pasaron de ser anecdóticos, porque si no es por el grupo de personas que venía con el entrenador, quién sabe qué hubiera pasado. Lo peor es que se hubiera puesto en la plaza pública del enjuiciamiento a Diego Armando de una forma más desproporcionada.

Esperemos que en San Luis, un equipo forjado seriamente, con un grupo de empresarios ejemplares y un club propietario de envergadura como el Atletico de Madrid, pongan manos a la obra y concienticen a su gente que no confundan rivalidad con estupidez. Justos pagan por pecadores y estoy seguro que la mayoría de los potosinos son gente educada y trabajadora. Una disculpa, Diego, anoche se equivocaron unos cuantos, no toda la afición mexicana. Acá somos muy buenos para criticar, pero no para poner el ejemplo.