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Si yo fuera gerente general de los Cubs...

Aunque los Chicago Cubs apenas saborearon en el 2018 la postemporada, al perder el juego de los comodines de la Liga Nacional ante los Colorado Rockies, siguen teniendo uno de los equipos más completos y balanceados de todo el béisbol.

Con el material con que cuentan los Cachorros, están en condiciones de pelear una división muy pareja, con sus archirrivales St. Louis Cardinals reforzados, los Milwaukee Brewers y hasta los Cincinnati Reds.

Si yo fuera el gerente general de los Cachorros...

1.- Reforzaría el bullpen

Con Brandon Morrow fuera al menos por las primeras semanas de la temporada regular, es posible que la gerencia le dé el papel de cerrador inicialmente al dominicano Pedro Strop.

La pasada temporada, Strop rescató 13 encuentros en 17 oportunidades y a lo largo de su carrera suma 22 salvados y 30 desperdicios.

No estaría de más buscar a un cerrador de verdad como un seguro de vida para ese bullpen, como Brad Boxberger o Cody Allen, a la espera de la reincorporación de Morrow, quien tampoco es que sea de la élite de esa función ni mucho menos.

2.- Un abridor

El japonés Yu Darvish debería estar listo para arrancar los entrenamientos primaverales, pero con un signo de interrogación, después de una temporada perdida en el 2018, cuando apenas trabajó 40 innings y quedó fuera de acción tan temprano como el 21 de mayo.

Con Darvish, la rotación estaría compuesta además por los zurdos Jon Lester, Cole Hamels y el colombiano Jose Quintana, así como el derecho Kyle Hendricks

Pero el nipón, desde que fracasó estrepitosamente en la Serie Mundial del 2017 con Los Angeles Dodgers, no ha podido prácticamente asomar la cabeza en un montículo, como si hubiera un desajuste psicológico difícil de arreglar.

Mike Montgomery es ese tipo con la dualidad de iniciar juegos o venir del bullpen, pero no es un abridor puro y clásico.

El venezolano Aníbal Sánchez y el renacido Clay Buchholz podrían ser opciones baratas y efectivas para los Cachorros, que por ahora están atados a los 101 millones que todavía le deben a Darvish hasta el 2023 y que podría terminar siendo dinero tirado al inodoro, como ha sido el pacto de 184 millones que le dieron a Jason Heyward, a quien le adeudan aún 106 millones.

3.- Le acortaría las riendas al manager Joe Maddon

El excéntrico Joe Maddon tiene que entender que las estrellas del equipo son los jugadores y no él.

Su ego lo lleva a "sobredirigir", como si estuviera reinventando el béisbol con decisiones contrarias a toda lógica.

A su favor tiene el estar santificado por la Diosa Victoria y eso prácticamente lo hace intocable, aunque su estilo pueda condenar a Chicago a otra sequía de 108 años sin título.

Seamos honestos, los Cachorros ganaron en el 2016 no gracias a Maddon, sino a pesar de él.

Si yo fuera el gerente general del equipo le exigiría establecer una alineación estable, con papeles claramente definidos para cada jugador, tanto a la ofensiva, como en la defensa.

La versatilidad de los jugadores es positiva, pero abusar de ello afecta el rendimiento de cada cual.

No todo el mundo es Javier Báez, el puertorriqueño capaz de jugar a nivel de Guante de Oro donde quiera que lo pongan.