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Aburre ya el novelón de Harper y Machado

La enseñanza que ha dejado hasta ahora el novelón de Bryce Harper y Manny Machado es que ni el primero vale los 400 millones que su agente Scott Boras decía que merecía, ni el segundo los más de 300 millones que buscaba su representante Dan Lozano.

Por muy jóvenes que hayan llegado a la agencia libre, ambos con 26 años, los equipos han aprendido las lecciones de exagerados contratos por diez o más temporadas, que en su mayoría terminan siendo cargas pesadas para sus finanzas.

Faltan 30 días para que abran los campos de entrenamientos y los dos agentes libres más cotizados mantienen trancado el mercado.

Se suponía que su disponibilidad provocaría una avalancha de equipos en pos de sus servicios.

Sin embargo, no llegan a diez (un 33 por ciento de todas las franquicias) las que han mostrado interés en los dos peloteros.

Ofertas ha habido, pero la demora de ambos para tomar una decisión ha obrado en su contra, pues varios de los interesados inicialmente, ante la duda, han sido llenando sus huecos con otras piezas menos costosas.

Así, los Yankees de New York descartaron finalmente a Machado, con las firmas del campocorto Troy Tulowitzki, a precio de pulguero, y del segunda base D.J. LeMahieu.

Fue una decisión sabia. Si bien cualquier equipo que firme a Machado va a ser automáticamente mejor de lo que es actualmente, los Yankees en realidad no lo necesitan.

Sería meterse en un pantanal de dinero, cuando ya tienen comprometidos más de 250 millones en Giancarlo Stanton y aún no han podido deshacerse de Jacoby Ellsbury, a quien le deben poco más de 42 millones.

Harper debería aceptar de una buena vez la oferta de su antiguo equipo, los Nacionales de Washington, y Machado los alrededor de 240 millones que le están brindando los Medias Blancas de Chicago por ocho campañas.

Esto está demasiado aburrido y hace falta que el mercado se destrabe y comience a moverse a un ritmo vertiginoso, para que se produzca el espero efecto dominó con los otros agentes libres.

Otro que está estancado es el cerrador Craig Kimbrel, quien pretende un contrato de al menos seis temporadas.

Nadie quiere arriesgarse a darle tanto tiempo a un cerrador, aunque se trate de un hombre con posibilidades de convertirse, si la salud lo acompaña, en el mejor en sus funciones en todos los tiempos.

Ahora los rumores que suenan es que retornará a los Boston Red Sox por un año y poco más de 18 millones, una cifra ligeramente superior a la oferta calificada que le hiciera el equipo al terminar la Serie Mundial.

Sería algo parecido a lo de Yasmani Grandal, que tras rechazar un pacto de cuatro campañas y más de 50 millones con los Mets de New York, terminó acordando por un año y 18.25 con los Milwaukee Brewers.