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Azul, pintado de negro...

Esas han sido las historias que han acompañado a este club en sus enfrentamientos más recientes ante el América, incluyendo la caída en dos finales de Liga que hubiesen terminado con el ayuno de más de 20 años sin títulos. Los futbolistas de Cruz Azul, que son finalmente los que juegan, los que meten y fallan las ocasiones, lo que corren y se entregan, parecen preocupados por cualquier clase de pretextos en lugar de meterse a lo que realmente les atañe y corresponde. Que si los aficionados, que si el tiempo de adaptación a un nuevo entrenador, que si la presión... !Por favor! En lo que deben concentrarse es en el América, en ganar el sábado y no solamente vencer al acérrimo rival, también dar un paso futbolístico y emocional rumbo a una Liguilla que cada vez luce más lejana. El azul pintado de negro, una historia casi clásica de cuando Cruz Azul enfrenta al América y de paso a todos sus 'temores', 'fantasmas' y vacilaciones de la última época...

CIUDAD DE MEXICO -- Escucho a los jugadores de Cruz Azul y en realidad no lo creo. Uno de ellos, habla de 'pseudoaficionados' y el otro de la 'necesidad de tiempo' para adaptarse al nuevo entrenador. ¿Con qué cara? ¡Por Dios! Lo mejor que tiene y ha tenido Cruz Azul, en las buenas y aún en las malas, es a su afición y lo menos que tiene y ha tenido Cruz Azul es tiempo. Lo primero que deben entender los futbolistas es donde están parados. Me parece que muchos de ellos ni lo saben o ni les interesa saberlo.

Cruz Azul está, otra vez, sobre la cornisa. Quedarse al margen de una Liguilla significaría el peor de los fracasos para una nómina que supera los 80 millones de dólares y para un club que está por cumplir 22 años sin la obtención de un título de Liga. ¿De qué hablan los futbolistas de Cruz Azul?

Primero, de acuerdo con algunos expertos, era el estilo de juego de Pedro Caixinha. Y ahora, con Robert Dante Siboldi y una forma, en apariencia, completamente diferente, los resultados siguen siendo los mismos: un equipo sin fundamentos, sin ideas, ni profundidad de juego. Es tiempo, y siempre será tiempo, de darle la responsabilidad a los jugadores. No pueden seguir viviendo en un mundo lleno de justificaciones o excusas. Que si el entrenador, que si los dirigentes, que si el director deportivo, que si los aficionados, que si la prensa, o que si los tiempos. !Por favor! Llegó el momento de aceptar responsabilidades.

Una de esas responsabilidad, por si lo habían olvidado, es la de afrontar cabalmente los clásicos, sobre todo, el juego ante el América, toda una asignatura pendiente en la historia moderna del club. Cruz Azul vive bajo ese estigma, esa carencia, ese 'fantasma' o miedo que le ha atormentado. Lo que la he significado perder dos finales ante el América en los últimos seis años. La cita del sábado tiene nuevo desafío, que es simple y sencillo: mantenerse en un estado competitivo. Una eventual derrota ante el América, reitero, sería catastrófica pues implicaría alejarse y prácticamente despedirse de la Liguilla.

Viéndolo desde un ángulo opuesto, el juego ante el América también puede ser utilizado por Cruz Azul como un parteaguas futbolístico -de lo que pretende Siboldi- y como un envión emocional que bastante falta le hace a los celestes. Corregir una temporada que se ha desplomado a la mitad tras el abrupto rompimiento de la era de Caixinha y tras la todavía más turbulenta decisión de orillar a la renuncia del director deportivo, Ricardo Peláez. En medio de ese caos administrativo -el levantamiento (aparente 'golpe de estado') de Víctor Garcés y de Alfredo Alvarez=- los futbolistas de Cruz Azul tienen una nueva oportunidad de mostrar que pueden transformar la inercia de su campaña. ¿Lo harán? ¿Se atreverán a hacerlo? ¿O seguirán buscando justificaciones absurdas e irreales sobre su propia incapacidad de mostrar una coherencia futbolística?

Cruz Azul no le pide nada a nadie y al mismo tiempo mucho a todos cuando sale al campo a jugar al futbol. Ante el América, reencarnan sus historias más tenebrosas y sus miedos más ocultos. Llegó el momento de afrontarlos y vencerlos, pero estamos, atorados, en esa historia desde hace varios capítulos de este sombrío libro.

@Faitelson_ESPN