Me extraña que en estos tiempos de tanta analítica, el manager de los New York Yankees, Aaron Boone, no haya revisado el historial de Edwin Encarnación en postemporadas antes de armar su alineación.
Encarnación, uno de los bateadores más poderosos de todas las Grandes Ligas en la última década, ha sucumbido históricamente a la presión de la postemporada y en esta no es una excepción.
El dominicano está en su novena serie de playoffs. Fue a cinco con los Toronto Blue Jays y a dos con los Cleveland Indians, además de las actuales con los Yankees.
En total, en 113 turnos ha disparado 26 hits, para average de .230, con cuatro jonrones, 16 impulsadas, 28 ponches y un slugging de apenas .381.
Desde la serie divisional ante los Texas Rangers en el 2016 no pega un bambinazo en postemporada.
A partir de ahí, sus números han ido en picada, con nueve imparables en 57 turnos en las siguientes cinco series de playoffs (.158), 19 abanicados y únicamente cuatro remolcadas.
Tuvo una buena serie divisional ante los Minnesota Twins, pero contra los Houston Astros va de 8-0, con seis ponches.
Su compatriota Gary Sánchez no se queda atrás. Si bien ha mejorado bastante a la defensiva de un año a otro, su bate está totalmente apagado.
Suma dos imparables en 17 veces en toda la postemporada, con ocho chocolates y va de 9-1 contra Houston, con cuatro outs por la vía de los strikes.
También su historial en playoffs es horrible: average de .182 (88-16), con 32 ponches, cinco jonrones y 13 empujadas en siete series.
Urge hacer movimientos en la alineación, pues mientras DJ LeMahieu, Gleyber Torres y Aaron Judge están cargando con el peso ofensivo del equipo, de pronto hay un hueco en el orden al bate entre el cuarto (Encarnación) y el sexto (Sánchez), que le está dando demasiado respiro a los lanzadores rivales.
En la acera de enfrente también pasan cosas. El joven cubano Yordan Alvarez, principal candidato a Novato del Año en el joven circuito, no ha visto la luz en esta serie ante los Yankees, al irse en blanco en siete turnos, cinco de ellos por ponche.
Su compatriota Yuli Gurriel también anda buscando aún su primer imparable en la serie, aunque en su caso, ha tenido buenos contactos, no ha abanicado y simplemente la suerte no lo ha acompañado, víctima de buenos fildeos de la defensa rival.
Pero el hecho es que Alvarez y Gurriel, ubicados quinto y sexto por el manager A.J. Hinch, llevan de 14-0, lo cual contrasta con los dos hombres que los preceden, José Altuve y Alex Bregman, que han sido los dos mejores bateadores del conjunto.
En sentido general, la ofensiva de los Astros ha dejado mucho que desear, incluso, desde la serie divisional ante los Tampa Bay Rays.
George Springer y Carlos Correa fueron fundamentales en el segundo partido, pero un juego no es garantía de que hayan despertado.
Springer, como hombre proa, va de 29-4 (.138) en esta postemporada, con ocho chocolates, una sola impulsada y un paupérrimo OBP de .194.
Y Correa, más allá de su jonrón heroico del domingo, batea para .185 (27-5) y ha abanicado 12 veces.