Rocco Baldelli, de los Minnesota Twins, y Mike Shildt, de los St. Louis Cardinals, fueron escogidos como Managers de Año de las Ligas Americana y Nacional, respectivamente, por los miembros de la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA).
Baldelli, en su año de debut, logró contra todo pronóstico 101 triunfos y 61 derrotas, para llevar a los Twins a ganar la división central del joven circuito, cuando la mayoría de los entendidos daban a los Cleveland Indians como los grandes favoritos.
El de Minnesota superó a Aaron Boone, de los New York Yankees, a pesar de que ambos consiguieron 13 votos de primer lugar.
Fueron los sufragios de segundo puesto los que inclinaron la balanza por Baldelli, que recibió 13, por nueve Boone.
Al final, el ganador sumó 106 puntos, diez más que el de los Yankees, en tanto Kevin Cash, de los Tampa Bay Rays, fue tercero con 33 unidades.
En mi opinión, tenía más méritos Boone, pues tuvo que maniobrar desde el mismo arranque de campaña con una serie de peloteros inexpertos y en muchos casos desconocidos ante la avalancha de lesiones que afectó a la casi totalidad de sus estelares.
¿Mike Ford?, ¿Thairo Estrada?, ¿Mike Tauchman?, ¿Gio Urshela? Esos fueron apenas cuatro de los hombres de poco o ningún renombre que llevaron a Nueva York a ganar 103 juegos y coronarse en la División Este.
Cualquier otro equipo que haya tenido 38 visitas diferentes en la lista de lesionados se hubiera desplomado hasta el fondo de la tabla de posiciones.
Eso es mérito del manager, que supo aglutinar y hacerle creer a los muchachos que podían hacer las cosas al nivel de los lesionados estelares.
En cuanto a Shildt, su mayor aval fue ganar en el último día una división central del viejo circuito en la que los Chicago Cubs y los Milwaukee Brewers estaban llamados a dominar.
Los Cardenales sacaron su garra histórica, que le ha llevado a ganar 11 Series Mundiales, para relegar a los Cerveceros a un puesto de comodines y dejar a los Cachorros fuera de la fiesta de octubre.
El de St. Louis consiguió 95 puntos, con diez votos de primer lugar, 14 de segundo y tres de tercero, para imponerse a Craig Counsell, de Milwaukee, a pesar de que este tuvo tres votos más de primer puesto, aunque sólo seis de segundo y cinco de tercero.
De todos modos, aquí daba lo mismo que fuera tanto Shildt, como Counsell o Brian Snitker, de los Atlanta Braves, quien terminó tercero en las votaciones.
Quien más merecía el galardón ni siquiera quedó entre los finalistas: Dave Martínez, el manager de los Washington Nationals.
Y no precisamente porque haya ganado la Serie Mundial, pues eso no cuenta para los premios, ya que las votaciones cierran el último día de la temporada regular.
Pero un hombre que estuvo a punto de perder su trabajo, cuando en mayo ostentaba balance de 19-31 y que haya sido capaz de motivar a sus peloteros para remontar y colarse en la postemporada, tiene un peso que los votantes, lamentablemente, no quisieron ver.