Cada vez cuentan menos los triunfos a la hora de elegir al ganador del galardón que lleva el nombre del pitcher con más victorias en la historia del béisbol.
Jacob deGrom, de los New York Mets, ganó el premio Cy Young de la Liga Nacional por segundo año consecutivo, un hito que solamente lograron antes otros diez lanzadores de ambos circuitos.
A pesar de que su balance de victorias y derrotas fue de 11-8, deGrom lideró la Liga Nacional en ponches (255), ocupó el segundo lugar en efectividad (2.43), empató en primer lugar en WHIP (0.97) y fue tercero en entradas lanzadas (204).
Fue asimismo apenas uno de seis tiradores en lograr al menos 250 abanicados y efectividad inferior a 2.50 en campañas seguidas.
El derecho de los Mets consiguió 29 de 30 votos de primer lugar, para aventajar claramente al zurdo coreano Hyun-Jin Ryu, de Los Angeles Dodgers, y al diestro de los Washington Nationals, Max Scherzer, quienes terminaron empatados en el segundo puesto.
De esta manera se une a la exclusiva lista de ganadores consecutivos del Cy Young, que incluye a los miembros del Salón de la Fama de Cooperstown Sandy Koufax (1965-66), Jim Palmer (1975-76), Greg Maddux (1992-95), Randy Johnson (1999-2002) y Pedro Martínez (1999-2000).
Completan la relación Denny McLain (1968-69), Tim Lincecum (2008-09), Clayton Kershaw (2013-14), Scherzer (2016-17) y Roger Clemens, quien lo logró en par de oportunidades, en 1986-1987 y 1997-1998.
Por su parte, Justin Verlander se impuso a su compañero de equipo Gerrit Cole y se llevó el premio en la Liga Americana.
Ambos lanzadores de los Houston Astros tuvieron una temporada muy pareja, en la que fueron 1-2 en casi todos los departamentos estadísticos.
Verlander fue primero en triunfos (21), WHIP (0.80) y entradas lanzadas (223), en tanto terminó segundo en efectividad (2.58) y ponches propinados (300), departamentos que encabezó Cole con 2.50 y 326, respectivamente.
Charlie Morton, ex lanzador de Houston que ahora trabaja para los Tampa Bay Rays, fue tercero en los sufragios y desde que se anunciaron los finalistas se sabía que no tenía ninguna posibilidad de superar a los otros dos.
Para Verlander fue el segundo galardón en su carrera, pues anteriormente lo consiguió en el 2011 con los Detroit Tigers, cuando además fue nombrado Jugador Más Valioso de la Liga Americana.
Y en tres ocasiones concluyó segundo en la votación, incluido el año pasado, así como en 2012 y 2016. Cualquiera de los dos, Verlander o Cole, lo merecía, al punto que muchos soñaban con que se produjera un improbable, pero no imposible empate en la puntuación, para que compartieran el premio.
Pero al menos en esto del Cy Young, no hubo ni sorpresas, ni polémicas, como esa suerte de calma que antecede la tormenta que se avecina cuando el jueves sean anunciados los Jugadores Má