Los Philadelphia Phillies aterrizaron en sus filas al derecho Zack Wheeler, uno de los abridores más cotizados en el mercado de agentes libres.
El pacto es por cinco años y $118 millones, demasiado sobrevalorado para un lanzador que en sus primeras cinco temporadas con los New York Mets apenas consiguió 44 triunfos con 38 derrotas, efectividad de 3.77 y que jamás superó las 200 entradas en una campaña.
Semejante contrato da una idea de cuánto podrán conseguir entonces en su momento Gerrit Cole y Stephen Strasburg, más allá de los 200 millones cada uno.
Su llegada a Filadelfia refuerza una rotación que cuenta con los diestros Aaron Nola y Jake Arrieta y aumenta la presión sobre un equipo obligado a ganar en una de las divisiones más competitivas de todo el béisbol.
Ni la presencia de los campeones Washington Nationals o de los Atlanta Braves, ganadores de la división en 2018 y 2019, logra quitarle a este equipo la etiqueta de favorito.
Con el experimentado Joe Girardi como nuevo manager, los Phillies no han terminado sus compras y se habla de un marcado interés en el campo corto holandés Didi Gregorius.
Al no ofrecerle arbitraje salarial al venezolano Cesar Hernandez, la eventual llegada de Gregorius permitiría mover a la intermedia al dominicano Jean Segura y traería más poder alrededor del segundo cojín.
Otro que está en la mira de Filadelfia es el veterano antesalista Josh Donaldson, luego de que el equipo dejara en libertad al una vez prometedor y al final decepcionante Maikel Franco. Pero los Bravos no se quedan atrás y en su intento por repetir la corona divisional acaban de añadir al veterano zurdo Cole Hamels con un acuerdo de un año.
Hamels, probado en grandes escenarios, es la figura con la experiencia que necesitaba Atlanta para guiar a una rotación joven, pero con un talento enorme.
Además de abridor, el zurdo será el mentor de Mike Soroka, Mike Foltynewicz y Max Fried, a quienes enseñará cómo ganar en octubre, algo que aprendió desde el 2008, cuando resultó el Jugador Más Valioso de la Serie Mundial, cuando guió a los Filis a la corona ante los Tampa Bay Rays.