<
>

Un adiós muy especial

SANTIAGO, República Dominicana -- Dice el mánager de Venezuela que la lucha que dieron los Tigres de Aragua en la Serie del Caribe es la mejor prueba de lo mucho que ha progresado la pelota en ese país, que asistió al clásico con un equipo desmantelado respecto al que celebró el título en Barquisimeto hace poco más de una semana.

Que los bengalíes dieron la pelea, es innegable. Tuvieron una victoria frente al Licey y tres caídas estrechas ante los favoritos representantes dominicanos, que en cada caso llegaron al noveno inning con el agua al cuello ante ellos.

El piloto Buddy Bailey afirma que han podido ganar cinco en el torneo si hubieran viajado con algunas de sus figuras. Y si sus palabras respecto al nivel del beisbol venezolano son ciertas, más vale que Quisqueya se cuide en el futuro.

Que lo digan, sino, los Tigres dominicanos, derrotados el miércoles por una divisa muy peculiar. O hasta los Yaquis de Ciudad Obregón, último adversario de los dirigidos por Bailey, que venció con susto incluido.

El infielder Ramón Castro recordará por mucho tiempo el jonrón que le sacó al ligamayorista Leo Núñez. Después de todo, no ha dado muchos en su carrera.

En los últimos tres campeonatos invernales apenas consiguió uno, en el 2006-2007, y en ese aspecto se fue en blanco en el 2007-2008, torneo en el que, además, fue suplente de utility: se pasó todo el año con el equipo grande y únicamente tomó 28 turnos, con un extrabase, que fue un doble.

Wilson Ramos también guardará gratas memorias de ese encuentro. El joven receptor únicamente tomó cuatro turnos en la ronda eliminatoria de su liga y ninguno en la postemporada. Es un prospecto, y en consecuencia actuó en la liga paralela, el circuito de desarrollo venezolano, donde cada escuadra tiene sus filiales.

Ramos sólo ha dado un cohete en el beisbol invernal, hace dos años, y ya tiene la misma cantidad de incogibles en la Serie del Caribe.

Francisco Caraballo puede decir otro tanto. Posee algo más de experiencia que su compañero, aunque fue uno de los tres peloteros de la paralela que Aragua tuvo que traer, ante la imposibilidad de conseguir refuerzos. Caraballo no jugó la postemporada, pero sí el clásico, y este jueves consiguió dos imparables contra la banda mexicana.

Sólo Órber Moreno, entre los cuatro relevistas suramericanos que se midieron al Licey, ha jugado alguna vez en las mayores, la última hace más de tres años. En cambio, los siete relevistas dominicanos que usó el Licey ante ellos han jugado arriba últimamente o van a hacerlo en 2008: Francisco Cruceta, Denny Bautista, Joel Peralta, Leo Núñez, Santiago Ramírez y Darío Veras.

Alex Núñez, quien cumplió rol de suplente del cuadro y bateador emergente durante la campaña 2007-2008, podrá jactarse de haber dado el hit que expulsó a Bartolo Colón del montículo en el quinto tramo de su actuación. Y Selwyn Langaigne, jugador de ligas independientes, de haberle dado un doblete impulsador al antiguo ganador del premio Cy Young.

Todo esto, obviamente, es el fruto de que los aragüeños viajaran a Santiago con un club de estas características: con tres suplentes que debieron actuar como regulares en la serie, con tres jugadores de la liga paralela para poder completar la nómina y con sólo un pelotero que figura en los rosters de 40.

Veteranos que están cerca de decir adiós y algunos jóvenes que apenas dan sus primeros pasos encontraron en la última parte del torneo un consuelo y un recuerdo divertido a pesar de su eliminación.

Queda la palabra de Richard Paz como resumen del ánimo de su novena, después de la caída contra México, al cierre de la serie: "Vinimos dar lo mejor de nosotros. Aquí no hubo nombres, pero hubo hombres".

Ya se verá lo que trae el 2009.