¿Por qué un equipo le da a un jugador una extensión contractual multimillonaria y al año siguiente quiere deshacerse de él?
Ese es el caso de los Colorado Rockies y su antesalista Nolan Arenado, a quienes le ampliaron en el invierno pasado un acuerdo por siete campañas y 260 millones de dólares.
Sin embargo, ahora lo han puesto en el mercado para quitarse de encima toda o gran parte de la carga financiera que ello implica.
Arenado es, sin distinción de posición, el mejor fildeador de todo el béisbol.
Desde que pisó un terreno de Grandes Ligas, las cosas que ha hecho en la esquina caliente son de otra galaxia y no por gusto acumula ya siete Guantes de Oro, uno por cada año que lleva en su carrera.
Además, suma tres Guantes de Platino, un premio creado en el 2011 para reconocer al defensor más excelso de cada liga, algo así como el mejor peleador libra por libra en el boxeo.
Ha estado presente en cinco Juegos de Estrellas y acumula cuatro Bates de Plata.
Con el madero tiene una línea ofensiva de .315 de average, .351 de OBP, slugging de .546 y OPS de .897.
En siete campañas ha despachado 227 bambinazos y remolcado 734 carreras, que le dan un promedio de 32 jonrones y 105 impulsadas anuales.
Hasta ahí, todo parece muy bien. Sin embargo, absorber semejante contrato podría ser una apuesta altamente riesgosa para el equipo que decida adquirir sus servicios.
Los Atlanta Braves andan desesperadamente en la búsqueda de un antesalista y han mostrado gran interés en el pelotero de origen cubano-puertorriqueño.
Pero por si los Braves no lo saben, hay dos Nolan Arenado, ofensivamente hablando.
En uno de ellos, el estelar, el rompecercas, influye de manera trascendental el efecto de la altura de Denver.
El otro, el que juega de visitante al nivel del mar, es un simple mortal.
Los 5,200 pies de altura donde se encuentra el Coors Field han sido un paraíso para Arenado.
Allí sus números crecen y se multiplican como la hierba mala, casi sin control.
En 515 partidos en la casa de los Rockies, su average es de .324, con OBP de .380, slugging de .615 y OPS de .995.
Cuando baja de la montaña, en 516 juegos, promedia para un común y corriente .265, su OBP es de .323, su slugging es .476 y su OPS es .799, casi 200 puntos menos.
Como anfitrión ha despachado 129 palos de vuelta completa e impulsado 446 carreras, mientras que de visitante suma 98 vuelacercas y 288 empujadas.
En casa promedia un jonrón cada 15.3 turnos al bate y una impulsada cada 4.4.
En la carretera, su frecuencia jonronera es de uno cada 20.1 veces y remolca una carrera cada 6.8.
En total de extrabases, ha bateado 294 en 1,963 turnos en Denver y 213 en 1,973 en otros parques.
A Arenado le restan por cobrar de su contrato 35 millones anuales en 2020, 2021, 2022, 2023 y 2024, más 32 en el 2025 y una opción para el 2026 por 27 millones.
Además, el pacto incluye bonos adicionales por ganar Guantes de Oro, quedar entre los cinco primeros en la votación por el Jugador Más Valioso y asistir a Juegos de las Estrellas.
Es mucho dinero y la pregunta es ¿de cuál Arenado estamos hablando?