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¿Serie del Caribe con ocho equipos? ¿Por qué no?

Desde su nacimiento en 1949 hasta el 2013, la Serie del Caribe fue un evento con cuatro equipos participantes.

En la primera edición disputada en La Habana se midieron los campeones de las ligas profesionales de Cuba, Puerto Rico, Venezuela y Panamá.

Así se mantuvo hasta 1960, cuando el evento tuvo una pausa de diez años tras la salida de Cuba por la eliminación del profesionalismo por el régimen de Fidel Castro.

Cuando en 1970 se reanudó la llamada Pequeña Serie Mundial Latinoamericana, ni Cuba, por las razones antes expuestas, ni Panamá, cuya liga profesional había desaparecido, estuvieron presentes.

Y por única vez el torneo se jugó entre tres equipos. A los Leones de Ponce y los Navegantes de Magallanes, campeones de Puerto Rico y Venezuela, respectivamente, se unieron los Tigres del Licey, monarcas de la República Dominicana.

Un año después el evento regresó a su formato original de cuatro competidores, al sumarse la Liga Mexicana del Pacífico, representada en esa oportunidad por los Naranjeros de Hermosillo.

En el 2014, la Serie del Caribe agonizaba y en un intento por revivir el interés de la afición en el torneo reapareció Cuba, en calidad de invitada, con lo que por primera vez la competencia se amplió a cinco participantes.

Y en el 2019 la cifra subió a seis, cuando Panamá salvó la continuidad del evento y en una semana no sólo lo organizó, sino que lo ganó.

Al coronarse en su casa, los panameños se ganaron el derecho a repetir su presencia en el 2020, también como invitados, mientras que este año se producirá el debut de Colombia, que ocupará el espacio de Cuba, ausente porque sus dirigentes no tramitaron a tiempo las visas estadounidenses.

Las cosas podrían complicarse en la edición de Mazatlán 2021, donde según el comisionado de la Confederación de Béisbol Profesional del Caribe, Juan Francisco Puello Herrera, Cuba tiene las puertas abiertas para regresar y de acuerdo con la prensa colombiana, la invitación a los cafeteros es extensiva por dos años.

Pero ¿qué pasaría si Panamá vuelve a coronarse y nuevamente se gana el derecho a ir a Mazatlán a defender su título?

A juzgar por el nivel parejo que ha mostrado la Serie en los últimos tiempos, un bicampeonato de los panameños no es ni improbable, ni imposible.

Entonces ya serían siete en la fiesta y quedaríamos a las puertas de un torneo con ocho equipos, toda vez que Nicaragua, por tradición y resultados, está reclamando también un espacio.

¿Qué tal una Serie del Caribe con República Dominicana, Puerto Rico, Venezuela, México, Cuba, Panamá, Colombia y Nicaragua?

A mi modo de ver. Sería factible, aunque un poco más costosa, pues se necesitarían ocho días en lugar de los siete que se usan actualmente.

Los equipos se dividirían en dos grupos de cuatro, para una primera etapa a una sola vuelta, una jornada para dos partidos semifinales y el juego decisivo en la octava fecha.

Hagamos el ejercicio. Digamos que en el grupo A estén quisqueyanos, panameños, colombianos y venezolanos y en el B boricuas, cubanos, mexicanos y nicas.

El primer día jugarían RD vs Panamá y PR vs Cuba. Al siguiente la jornada tendría a Colombia vs Venezuela y México vs Nicaragua.

La tercera jornada sería a base de RD vs Colombia y PR vs México.

En la cuarta fecha se enfrentarían Panamá vs Venezuela y Cuba vs Nicaragua.

El penúltimo día de la ronda clasificatoria tendría los choques de RD vs Venezuela y PR vs Nicaragua y la jornada final sería con los partidos de Panamá vs Colombia y Cuba vs México.

Los dos primeros de cada llave se enfrentarían en una doble jornada de semifinales cruzadas en la séptima fecha del torneo, cuyos ganadores se medirían un día después por la corona.

¿Les gustó? Pues no se desesperen, que eso, tarde o temprano, viene.