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A Nadia

BUENOS AIRES -- Los anuncios que la tiradora de arco Mariana Avitia Martínez y el clavadista Thomas Daley, ambos de 14 años, se convertirán en Beijing 2008 en los deportistas más jóvenes de la historia olímpica de México y del Reino Unido, respectivamente, me llevaron a ubicarme nuevamente en la deslumbrante aparición de Nadia Comaneci, una reina incomparable.

Sucedió en Montreal 1976. La gimnasia no estaba en mis planes. Un periodista rumano me dijo: "Tenemos un portento capaz de maravillar al mundo". El instinto me hizo seguirlo al gimnasio. En el camino le pedí las causas de esa aseveración. "A los 12 años, ganó tres medallas de oro y una de plata en el Campeonato Europeo de Gimnasia. Un año después obtuvo el primer lugar de la clasificación individual en el preolímpico para Montreal y la agencia de noticias Associated Press le designó La atleta del año".

Su comentario acrecentó mi interés. El monumental estadio estaba colmado El anunciador expresó: "Nadia Comaneci, de Rumania, en la barra de equilibrio". Me encontré con una niña de 14 años y nueve meses. Una muñequita, de 1,53 metros de estatura y 40 kilos de peso, con colitas de pelo negro, saltando sobre su espalda, dejando ver un rostro poseedor de una simpatía y una gracia sin igual.

Cada movimiento era una maravilla de plasticidad y elegancia. Cuando concluyó con elegancia el ejercicio, el público de pie la ovacionó y las miradas se concentraron en los jueces. De repente, el periodista rumano me abrazó llorando y me gritaba: "Le pusieron 10 la clasificación máxima, que hasta ahora nunca había sucedido en los Juegos Olímpicos".

No fue el único 10, vinieron seis más. Nadia se había convertido en la atracción de Montreal. Ganó el oro en la clasificación general o all round, en equilibrio y asimétricas, una de plata por equipo, más una de bronce en ejercicios en el suelo. Al escribir mi nota final la definí así: "Cuando finaliza los ejercicios se asemeja a una gaviota posándose suavemente en el mar".

Y como me habían anunciado, esa niña que comenzó a practicar gimnasia a los cinco años, conquistó el mundo. Inclusive cuatro años después, dañada de lesiones, sumó en Moscú 1980, dos oros (ejercicio sobre el piso y equilibrio) y dos platas (individual all round y por equipos).

Nueve medallas olímpicas, siete clasificaciones de 10 puntos, de la muñequita rumana que maravilló al mundo a través de la gimnasia.