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La comida olímpica, todo un tema

BUENOS AIRES -- Nadie duda de la calidad de la comida que presentará China a los atletas que habiten la Villa Olímpica. Será la mejor de lo mejor. Pero les cayó muy mal la noticia de que la delegación estadounidense llevaría su propio menú, decisión por la cual los atletas del país norteamericano no podrán entrar en la Villa Olímpica. "Hemos establecido un proceso completo que va desde la producción a la mesa, así que podemos estar seguros de que la comida olímpica es totalmente segura", dijo Tang Yunhua, portavoz de la Oficina Municipal para la Seguridad Alimentaría.

Si bien no está bien claro si el menú significa traer toda la comida de los Estados Unidos o adaptar la existente a las exigencias de las dietas de sus representantes. Sobre este tema existente numerosos antecedentes, comenzando con la delegación de México que contó con su propio cocinero en Londres 1948.

En mi caso particular, como encargado de prensa del Comité Olímpico Argentino, viví en las Villas Olímpicas de Atlanta 1996 y Sydney 2000. En ambas oportunidades, Italia tuvo sus propios cocineros. Pepe estuvo al frente del grupo y me comentó: "Los fideos y los ravioles los traemos directamente de nuestro país. Son frescos. Tienen otro sabor. Puede ser por el agua. Lo mismo hacemos con el tomate para la salsa. El deportista debe comer de acuerdo a como esta acostumbrado y no como hacen las pastas aquí que parecen engrudo".

A Pepe lo había visto también en Seúl 1988 y en aquella ocasión, mientras almorzaba invitado por el remero Alberto Demiddi, me comentó: "Las pastas las amasamos nosotros, la harina la trajimos de Italia, al igual que el aceite para hacer la salsa".

Seúl inauguró la era de la Villa de Prensa. La compartí con Claudio Cerviño (La Nación) y Horacio Pagani y Luis Vincker (Clarín). Era notable la diferencia de olores según de que región del mundo fuese la comida y recuerdo el día que pedimos una pizza y nos la trajeron cubierta de fideos fritos e imposible de comer.

En Sydney tuvimos la suerte que en un lugar al aire libre pusieron una parrilla, aunque el corte de la carne nada tenía que ver con el argentino. Estoy de acuerdo con los países traten de darle la comida acostumbrada por sus atletas, como los mexicanos con sus picantes.

Estoy de acuerdo con la reacción China, propia de su mentalidad asiática, porque presentará una mesa donde no va a faltar nada, con productos cuya calidad será superlativa y estudiada al máximo su valor nutritivo. Pero el menú de un argentino no es igual que el de un asiático o al de un estadounidense. Tampoco es similar la forma de cocción. Todos van a encontrar lo que buscan. Ahora, si está de acuerdo con aquello a lo que cada uno está acostumbrado es harina de otro costal.