VIENA -- En el estadio Happel de Viena vi que un equipo alemán ampliamente superior derrotó a los austríacos 1-0, resultado que podría haber sido -debería haber sido- mucho más amplio si Alemania hubiera convertido la mitad de las oportunidades que tuvo.
De entrada fue evidente que los alemanes eran muy superiores a los austríacos prácticamente en todos los aspectos del juego. Los integrantes del seleccionado alemán juegan para clubes como Bayern Munich, Real Madrid, Arsenal, Chelsea, mientras que los mejores austríacos están en clubes griegos como Panathinaikos y AEK Atenas, o el Middlesborough de Inglaterra.
Seguro, puede pasar cualquier cosa en un partido y en el fútbol la localía es más poderosa que en cualquier otro deporte de equipo, pero las chances de que Austria derrotara a Alemania eran casi nulas.
Sin embargo, los locales realmente creían que tenían un buen equipo y que verían otro milagro -esta vez el Milagro de Viena- exactamente 30 años después del de Córdoba.
Pero eso no sucedió.
El fenomenal tiro libre de Michael Ballack fue un gol para no olvidar. Uno de los goles de tiro libre más hermosos y poderosos que he visto en mis 50 años de trabajo en el fútbol de Europa, América y todos lados. ¡Bravissimo!
Los austríacos se unen a sus co-anfitriones suizos para ver el torneo desde afuera tras haber desplegado una organización muy fina pero un fútbol muy mediocre.
Hubo un "quién es quién" de celebridades y políticos y austríacos y alemanes en el partido: El primer ministro de Austria y presidente de la República, la canciller alemana Angela Merkel, Boris Becker, etc., etc.
Demasiado entusiasmo para un juego que los austríacos consideraban "El partido de los partidos", pero que fue apenas el tercer encuentro de primera ronda de un torneo ranqueado como el tercer evento deportivo de mayor importancia en el mundo, pero que no está ni cerca de la Copa del Mundo, que por supuesto es número uno, seguida por los Juegos Olímpicos.
Los alemanes jugarán contra Portugal el jueves en Suiza y no me sorprendería que derrotaran a los portugueses, quienes ante Suiza descansaron a sus mejores jugadores y cayeron innecesariamente derrotados.
No creo mucho en eso de descansar el equipo entero. El descanso, por supuesto, es grandioso, pero un equipo puede oxidarse rápidamente y perder el ritmo. Espero ese que no sea el caso porque realmente apoyo a los portugueses, quienes habían jugado un fútbol estupendo hasta el último partido y claramente han sido el equipo más emocionante después de los gloriosos holandeses, quienes el martes le ganaron a Rumania.