VIENA -- Sebastian Schweinsteiger debería jugar constantemente contra Portugal. Convirtió dos goles fabulosos contra los lusos en Stuttgart por el tercer puesto en la Copa del Mundo 2006 y prestó una colaboración clave en el tercer gol. Anoche, ídem: Anotó un gol sensacional que puso a Alemania arriba en el marcador, y que sin duda fue una de las mejores conversiones del torneo. Un increíble ida y vuelta entre Ballack y Podolski sobre el ala izquierda y un gran centro de Podolski a Schweinsteiger, quien se escabulló hacia el balón y convirtió un gol magnífico. Más adelante pateó dos tiros libres fantásticos, uno que metió Klose para el 2-0 y otro que metió Ballack en el segundo tiempo para el 3-1.
Este último, Ballack claramente cometió falta sobre un defensor, empujándolo para anotar de cabeza, pero no importa. Schweinsteiger fue la figura del partido. ¡Realmente impresionante!
Lo que resulta realmente increíble es que Schweinsteiger ni siquiera es un verdadero titular en la alineación del Bayern Munich. Pero ante Portugal, el hombre juega como si estuviera poseído. Los cuatro jugadores del Bayern: Klose, Schweinsteiger, Lahm y Podolski, tuvieron un desempeño estupendo.
Si el tiro de Podolski a más de 30 metros hubiera entrado -y casi entra- se hubiera convertido en uno de los goles más legendarios del fútbol mundial. El hombre es excelente pateando tanto de izquierda como de derecha. ¡Muy impresionante!
Los alemanes hicieron lo que hacen casi siempre: Se impusieron en un partido clave y superaron a un conjunto con mejores jugadores y figuras superiores en todas las posiciones, pero que simplemente no es tan bueno como equipo.
Alemania es un vivo ejemplo del viejo refrán: 'el todo siempre es más que la suma de sus partes'. Es por eso que en mi entrega anterior predije que los alemanes derrotarían a los portugueses, quienes tienen jugadores superiores pero como equipo son inferiores.
Aunque el gol de Ballack fue producto de un foul, Alemania merecía ganar. Lamento decirlo porque yo realmente alentaba por Portugal, pero no pudo ser. Los alemanes vencerán al ganador del partido entre Croacia y Turquía, y llegarán a la final en Viena el 29 de junio, instancia en la que probablemente encontrarán su castigo ante los italianos, contra quienes suelen perder.
Una vez más, la victoria de Alemania nos demuestra que -al igual que en la NBA- los partidos de la fase de grupos (que serían como la temporada regular en el básquetbol) son completamente diferentes a los partidos de eliminación, es decir, los playoffs. Los alemanes rinden poco al principio y muchísimo al final, cuando realmente cuenta. Es por eso que son un plantel tan superior en los torneos.
Hoy a la noche, visitaré el estadio Ernst Happel de Viena para Turquía vs. Croacia, que probablemente no sea una escena muy apacible considerando que las poblaciones de estos países no tienen la mejor de las relaciones. Espero lo mejor pero temo lo peor. Ya veremos.