VIENA -- Uno de los mejores libros de fútbol de todos los tiempos se llama Brilliant Orange y está dedicado a la genialidad del fútbol holandés, particularmente a Johan Cruyff y a su equipo, entrenados por el inigualable Rinus Michels. Pero aún después de la era Cruyff de los 1970s, los holandeses produjeron algunos equipos de excelente nivel centrados en torno al actual entrenador del equipo nacional Oranje, Marco Van Basten y, claro está, el gran Ruud Gullit, el corazón y el alma de esos equipos de AC Milan de los 1980s que ganaron varios Scudetti en la Serie A y un par de European Champion Championships, el precursor de la actual Champions League. Ruud Gullit ahora es entrenador de Los Angeles Galaxy (MLS) y espero que pueda dejar su huella de la misma manera que hizo con Newcastle United y otros equipos en Inglaterra.
Como escribí en una de mis contribuciones anteriores, las victorias holandesas contra equipos de semejante pedigree como el de los actuales campeones (italianos) y los finalistas de la Copa del Mundo (franceses), fueron tan impresionantes, tan increíbles y tan bellas que no fui el único en invocar la belleza y la brillantez de la era Brilliant Orange del fútbol. El equipo holandés no sólo venció a Italia y a Francia, sino que los destruyó. Pero luego vimos la debacle de ayer. El problema no es que los holandeses perdieran contra los rusos sino como perdieron contra ellos. En el tiempo suplementario de 30 minutos, los holandeses simplemente no pudieron correr, no pudieron moverse. ¿Qué paso?
Para empezar, allí estaban los holandeses, quienes no contaban con una sola lesión, quienes habían tenido un día extra de descanso contra los rusos, quienes cargaban con una ventaja de 5-1 en términos de presencia de los fans en St. Jakobs Park en Basel, que era un mar de vestimenta naranja, hasta cuyo césped había sido importado de Holanda ya que la lluvia en Basel había estropeado el césped suizo y la UEFA no confiaba en que los suizos fueran capaces de aplicar el césped adecuado y entonces la UEFA insistió en que fuera importado de una compañía especial de Holanda. Y así y todo, con todas las ventajas a cuestas, ¿Qué fue lo que pasó?
El equipo holandés estaba molesto por la pérdida de la hija de dos días de vida de Khalid Boulahrouz. Boulahrouz decidió jugar en su posición usual de back derecho y todos los jugadores holandeses usaron brazaletes negros para solidarizarse con su compañero de equipo en memoria de su fallecida hija. De todas maneras, la performance del equipo fue deplorable.
No tengo explicación para esta performance mediocre más que estas dos hipótesis que bien podrían estar erradas:
Como ávido seguidor del fútbol, pero también de básquetbol, fútbol americano, hockey sobre hielo y béisbol, me di cuenta que hay un patrón interesante entre estos deportes: Cuando un equipo gana una serie temprano y descansa a sus jugadores, a menudo e inevitablemente pierde contra su próximo oponente. En otras palabras, no creo que sea un accidente que los tres equipos de primeros puestos en cuartos de final—los portugueses, los croatas, los holandeses, y quien sabe, quizás hasta los españoles hoy por la noche—hayan perdido contra equipos de segundo puesto—los alemanes, los turcos, los rusos y quizás los italianos esta noche—tras haber descansado a su equipo completo en terceros partidos insignificativos de sus respectivos grupos. Los portugueses descansaron a su equipo contra los suizos, los croatas contra los polacos, los holandeses contra los rumanos. Esto no está bien. El fútbol a este nivel requiere ritmo y conocimiento total, y estos equipos carecen de esto porque—a diferencia de los equipos de clubes—sus jugadores se enfrentan esporádicamente y a último momento como para forjar un equipo cuyo único punto en común es que todos los jugadores comparten la nacionalidad. Por este motivo creo que es completamente contraproducente descansar a los jugadores un partido completo y dejar que pierdan el ritmo y la interacción de los primeros dos partidos del torneo.
Estoy absolutamente convencido de que la razón por que los New York Giants ganaron el Superbowl en febrero y vencieron a los favoritos New England Patriots tuvo que ver con la decisión del entrenador Coughlin de jugar el último partido de la temporada que era completamente insignificante para los Giants porque no podían mejorar ni empeorar su status. En ese momento, muchos quisieron que los Giants descansaran a su equipo completo y no jugaran a sus jugadores regulares y a sus estrellas. Pero Coughlin se resistió y ya conocemos los resultados. Entonces mi hipótesis establece que el descanso extra de no jugar un partido insignificativo perjudicó al equipo holandés, al igual que perjudicó a los croatas y a los portugueses. Quizás no suceda lo mismo con los españoles esta noche, veremos. Estaré esta noche en el Ernst Happen Stadium esta noche para el partido entre Italia y España y reportaré lo sucedido en mi próxima contribución.
La segunda hipótesis recae sobre la persona de Guus Hiddink, el brillante entrenador de varios equipos internacionales y es descubridor de muchos de los jugadores holandeses que jugaron en este equipo de Holanda. O sea, crió y educó a Ibrahim Affelay del actual campeón holandés PSV Eindhoven cuando Hiddink era entrenador de PSV Eindhoven. Tal como dijo un comentador holandés previo al partido, no había un nervio, músculo o idea por parte de los jugadores holandeses que el holandés y el entrenador Guus Hiddink no conocieran íntimamente.
Probablemente eso lo haya ayudado a elaborar una estrategia adecuada para que los rusos ataquen al juego de equipo holandés en cada una de sus fases.
Guus Hiddink es el equivalente a Larry Brown en la NBA. Ambos están siempre en la búsqueda. Al igual que Brown, Hiddink también fue premiado por su éxito: Llevó al equipo holandés a una final de cuarto puesto en la Copa del Mundo en 1998 en Francia, llevó al equipo surcoreano a una final de cuarto puesto en la Copa del Mundo en el 2002 en Corea del sur y Japón; y llevó a Australia a cuartos de final en Alemania en el 2006 cuando su equipo perdió contra Italia, el eventual campeón del mundo. Estoy seguro que el hecho de que Hiddink hubiera entrenado el equipo nacional ruso perjudicó a los Países Bajos. Una última palabra: Los rusos cuentan con dos delanteros de poder en Andrei Arshavin y Pavel Yutshenko. Hace un par de años hubiera dicho con certeza que tras este torneo, estos dos muchachos pasarían a formar parte de los mejores clubes en una de las mejores ligas en Europa del Este, Premiership o Serie A o La Liga. Pero dada la nueva riqueza en Rusia y con billones de petrodólares de equipos como Zenith que es patrocinado por Gazprom, estas estrellas podrían permanecer en casa y no viajar a Barcelona, Madrid, Manchester, Londres o Milán.