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Relatos de un amigo japonés

BUENOS AIRES -- A Hidemasa Katayi lo conocí en una madrugada de Seúl 1988, en la puerta de la sala de prensa. Los dos esperamos un ómnibus para ir a la Villa de prensa, la primera que existió en los Juegos Olímpicos. Ante la ausencia de un vehículo oficial, le ofrecí que me acompañase en un taxi y el joven japonés aceptó.

Cuatro años después, la situación se repitió una tarde en Barcelona, aunque esta vez fue él que me descubrió en la vereda, tocó mi espalda para preguntarme si iba a Badalona, donde estaba una de las dos villas dedicadas a la prensa, e invitarme a compartir un taxi.

Desde entonces mantenemos una fluida relación de llamadas telefónicas o vía e-mails. "Estoy en Beijing", la voz de Katayi era inconfundible. "Llegué hace un par de días y lamento que no la podemos compartir por tu enfermedad, pero hiciste bien en no venir, porque el smog existe en un grado preocupante", fue parte de una extensa conversación.

Me comentó respecto de sus primeras impresiones que las obras en general eran impactantes por sus estructuras y diseños. "Desde lejos son una maravilla para la vista, a pesar de la falta de nitidez producto de la contaminación ya que el cielo está constantemente cubierto de una capa gris, por la humedad que crea un ambiente caluroso y sofocante".

Hidemasa completó el tema de la contaminación: "Desde que llegué, el cielo azul no existe. El índice de contaminación del aire ha estado siempre por encima de 100, lo cual implica riesgos para la salud en caso de competir en pruebas especialmente duras. Dicen que cuando comiencen los Juegos los índices contaminantes van a bajar enormemente. Este tema, junto con la seguridad, es el principal quebradero de cabeza para los organizadores, que sin embargo siguen confiando en sus medidas para garantizar un aire respirable durante los Juegos, después del viento y la lluvia de ayer, que hizo despejar el cielo".

Una opinión digna de tener en cuenta por su experiencia olímpica. Katayi es uno de los directores de un medio televiso japonés dedicado al deporte. "De la Villa de prensa no puedo contarte, porque nosotros alquilamos un piso de un hotel, el que se menciona como posible hospedaje de los equipos de básquetbol masculino y femenino de los Estados Unidos".

Le hice recordar que en Barcelona, el primer Dream Team no vivió en la Villa Olímpica y que el Comité Olímpico Internacional admitió que no se le tomasen análisis antidoping. Desde entonces se mantiene esa situación en la más cínica aptitud de los Señores de los Anillos.