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Pánico, es lo que aleja a México de la Conmebol

LOS ÁNGELES -- Entiendo a Yon de Luisa. Estercolar a la Conmebol y a televisoras que la abastecen, es una estrategia necesaria. Debe hacerlo no sólo por dónde está (la presidencia de la FMF), sino gracias a quién está.

En entrevista con El Universal, De Luisa justifica la inasistencia de México a la Copa Libertadores y a la Copa América por los conflictos de intereses de Conmebol con la honorabilísima Concacaf, además de sus lealtades torvas hacia las empresas de comunicación que la solapan.

Asevera que la FMF quiere participar en cuanto torneo le sea geográfica y deportivamente posible, y espera que en tiempos benignos el futbol mexicano vuelva a incordiar y a incursionar en los torneos de Conmebol.

La mentira es un tren cargado de fantasía, pero sin viaje de regreso. Yon de Luisa sabe que para regresar a pastizales de la Conmebol necesitaría recuperar el control absoluto de Concacaf, algo imposible, porque en el área nadie se lo permitiría.

Vamos, para decirlo bajo la perfecta disertación y oratoria de peras y manzanas, se lo planteo así: si México fuera el único candidato a presidir la Concacaf, perdería las votaciones por el abstencionismo de los otros 40 integrantes de la familia conkakafkiana, como la bautizó alguna vez Guillermo Chao, director del ESTO, y después algunos otros se lo adjudicaron.

México no decidió romper con Conmebol, Concacaf le orilló a ello. Sí, palabras como chantaje, intimidación, amenaza, extorsión, fonéticamente son escandalosas, pero aplican, dentro de la liviandad que cabe, en estas intrigas futbolísticas.

Concacaf y USSoccer (Sunil Gulatti) invitaron amablemente al futbol mexicano a divorciarse de Conmebol, a solidarizarse con cuanto torneo se les ocurriera, y a ser un embajador activo en la conquista de la sede para el Mundial 2026.

¿A cambio? Inmunidad absoluta. Y claro, impunidad absoluta. El futbol mexicano fue absuelto de todos sus pecados pasados, presentes… y seguramente futuros.

Todo aquel documento, testimonio, pista, sospecha o rumor que pudiera involucrar a México en el #FIFAGate, fue borrado, esfumado, por parte de quienes recopilaron pruebas suficientes para que la entonces Fiscal Loretta Lynch exorcizara de (casi) todos sus demonios a FIFA, y en especial a la Concacaf y a la Conmebol.

Concacaf y USSoccer extraviaron o no encontraron (¡claro!) cualquier vestigio de firma, pacto contubernio, documento, cheque, depósito, maletín, viaje todo pagado –con escorts incluidas--, que pudiera existir en el #FIFAGate y que pudiera siquiera rozar la piel inmaculada, pura, virginal, de los dirigentes del futbol mexicano.

Es pues, el futbol mexicano, rehén de la Concacaf y de la USSoccer. Y ha cumplido su parte. El cabildeo previo a la designación de la sede del Mundial 2026 fue intachable, claro con poderosos argumentos documentados, para convencer a los remilgosos.

Por eso mismo, aceptó jugar la Copa de las Ligas, que ni los equipos de la MLS se toman en serio, además de abrir más horas de transmisión al torneo estadounidense en pantallas mexicanas, y en todas las ramificaciones que tenga en otros países.

Esa misma ganzúa serviría para que se lleve a cabo ese tan cacareado torneo conjunto entre la MLS y la Liga MX, el que por cierto los clubes mexicanos repelen, y los estadounidenses tampoco están convencidos, pero es parte de ese acuerdo totalmente verbal y que hace ya más de un año expusimos aquí mismo.

Entonces, escuchar nuevamente a Yon de Luisa hablar tan sólidamente de que México si quiere regresar, pero la Conmebol no se pone de modito para poder conseguirlo, está muy lejos de la verdad.

Es más, recuerde Usted cómo Yon de Luisa, sin asumir aún la presidencia de la FMF, le arrebató la Copa América Centenario a la Conmebol y la puso en manos de la Concacaf y de su propia televisora.

¿Recuerda Usted que se reunieron en México dirigentes de Conmebol, Concacaf, abogados de las televisoras involucradas e incluso llegaron a decir que no se jugaría esa Copa América Centenario?

En esa ocasión, con toda la habilidad adquirida bajo el mecenazgo de Emilio Azcárraga Jean, Yon de Luisa acomodó las piezas, e impuso que ese torneo histórico se llevara a cabo en Estados Unidos y bajo el control, más de su televisora, que de la misma Concacaf.

Un representante de los organizadores de la Copa América Centenario, le dijo entonces a este reportero: “Tu acreditación –y la de cualquier otro reportero--, no la aprueba Concacaf, la aprueban las televisoras”.

Así que Usted seguirá escuchando por años que los siniestros y feos tipos de la Conmebol no quieren recibir al futbol mexicano, pero la verdad es que las cadenas de México, están hechas con eslabones de pánico, y cinceladas por la Concacaf y la USSoccer.