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El boicot turístico

BUENOS AIRES -- Desde Montreal 1976 hasta Seúl 1988 asistí a Juegos Olímpicos afectados por distintas clases de boicots. Esa sitaución le hizo mucho mal a los deportistas, al fin de cuentas los únicos afectados por esas circunstancias.

Tan ridículo era el pretendido boicot de los políticos a negar sus presencias a la ceremonia inaugural de Beijing, que en ningún momento lo tome en cuenta y el resultado esta a la vista: los principales propulsores de esa idea asistirán a ese acto, porque hoy en día es más importante el dinero que los valores humanos.

Igualmente los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 sufren una clase de boicot especial y es el de los turistas. Los organizadores confiaban una llegada cercana a 600.000 extranjeros, pero ahora calculan entre 300.000 y 400.000, o sea el 50% de lo esperado.

Hace unos tres meses hubo un llamado de alerta en ese sentido, cuando se anunció las escasas reservas en los hoteles de cuatro y menor cantidad de estrellas, situación por la que responsabilizaban a las dificultosas reglamentaciones para otorgar los visados.

En esa ocasión, me comunique con Turicenter, la empresa encargada de transportar a la delegación argentina y agencia oficial de los paquetes turísticos. Uno de sus funcionarios dijo: "Si bien existen escasos interesados, los inconvenientes de visado y la imposibilidad de asegurarles entradas para los deportes que desean presenciar, hacen que abandonen la idea de viajar".

A mediados de junio volví a hablar con ese funcionario: "Cumplimos con los compromisos que teníamos con las autoridades. Un par de familiares de las jugadoras de hockey adquirieron un programa de viaje, estadía y paseos, porque
ellas les iban a conseguir las entradas. La Asociación de Jugadores de Básquetbol nos pidió presupuestos, pero fue imposible hacerlos al no poder asegurar las entradas para los partidos".

El miedo a que los Juegos fueran usados por algunos grupos para protestar contra el régimen comunista o cometer actos terroristas aumentó los requisitos para lograr el visado de entrada al país, que antes concedía muchas facilidades a la hora de permitir el acceso.

Las dificultades en la expedición de visados aumentaron sobre todo a partir de marzo, coincidiendo con las protestas contra el Gobierno de China y a favor de la independencia del Tíbet que se produjo al paso de la antorcha por ciudades como París y Londres.

Otro factor que podría haber influido negativamente, según expertos, fueron los desastres naturales como el terremoto del 12 de mayo en Sichuan (suroeste de China), suceso que aunque ocurrió a miles de kilómetros de Pekín podría haber despertado temor entre los potenciales visitantes.

La realidad indica que los hoteles de Beijing están ofreciendo rebajas de hasta la mitad en los precios de los cuartos ya que las reservas para el período de los Juegos han estado bastante por debajo de lo esperado.

Al ser consultados acerca de si podrían aceptar una reserva de 10 cuartos para el fin de semana próximo, que incluirá la ampliamente promocionada ceremonia de apertura, una serie de hoteles de tres y de cuatro estrellas dijeron que tenían mucha disponibilidad y que estaban dispuestos a realizar grandes descuentos.

Además, según informaron autoridades olímpicas, una enorme cantidad de aficionados al deporte fueron afectados por un fraude internacional a través de Internet que ofrecía miles de entradas para los Juegos.

El Comité Olímpico Internacional (COI) anunció que estaba tomando cartas en el asunto para cerrar los sitios. Entre los estafados, que se quedaron sin lugar en los eventos, figuran familias de atletas de Australia y Nueva Zelanda, así como público de los Estados Unidos, Japón, Noruega y China.

Para colmo de males, al boicot turístico se sumó un fraude con las entradas.