…Y de pronto, todo se reduce a un juego, a una remontada, a algo que el Real Madrid jamás ha hecho en su rica y maravillosa historia europea: regresar tras una derrota en el juego de ida celebrado en el Bernabéu. Ante un Manchester City hambriento, ofensivo, que siempre intenta hacer daño bajo la idiosincrasia de Guardiola, el Madrid, que extrañará al capitán Ramos, tendrá que hacer un “juego perfecto”, basado en la impresionante recuperación -colectiva e individual- que ha mostrado tras el parón por la pandemia y que le valió remontar la desventaja que tenía ante el Barcelona en la recta final del torneo español. Imposible decir imposible cuando se trata del equipo blanco y de su historial europeo.
SAN DIEGO, California -- Entre tantas jornadas memorables, triunfos, campeonatos, trofeos y gloria…¿existe algo, acaso, que el Real Madrid jamás haya hecho en su historia futbolística? No lo creo.
El dato ha circulado por cada periódico español en las últimas horas: el Real Madrid jamás se ha recuperado de una derrota en casa en el partido de ida dentro su prestigiosa e inmaculada trayectoria como club de las Copas de Europa. Siempre hay una primera vez, dirían por ahí los más recalcitrantes aficionados blancos.
Y es verdad, el juego de este viernes en Manchester promete ser todo un reto para el equipo de Zidane luego de su exacta y poderosa conquista de la Liga de España hace un par de semanas. El Madrid tendrá que remontar un marcador adverso de 1-2 en una cancha compleja y ante un rival al que le gusta ofender y que tiene los jugadores exactos para hacerlo. La recuperación futbolística en este -llamémosle- “verano milagroso” del equipo merengue hace suponer que tendrá muchos más recursos y también posibilidades de las que mostró ante los ingleses en el malogrado juego de ida. Este Madrid se ha fortalecido tras el parón por la pandemia y se ha revalorizado luego de la voltereta que le dio a la Liga y a su poderoso rival tradicional, el Barcelona. Este Madrid ofrece muchas más garantías que aquel que deambulaba por la cancha en marzo.
Pero una cosa es España y otra es Europa y si alguien sabe de ello es el Real Madrid. El juego requerirá toda la atención y la capacidad de superar no solo las virtudes del rival -De Bruyne, Sterling, Foden, Jesús, Bernardo Silva y compañía- sino también la ausencia del capitán y el alma madridista de la ultima época: Sergio Ramos se perderá el juego por su expulsión en el encuentro de ida luego de derribar al brasileño Gabriel Jesús en la agonía y desesperación del partido. El Madrid necesita goles, es verdad, pero el juego madridista de la recta final de la campaña ensenó valerosamente el papel que ocupa en el cuadro merengue del defensor central y capitán. Creo que al último que hubiese querido perder Zidane para este partido es a Ramos.
Concentrémonos, sin embargo, en los puntos a favor que el Madrid tendrá en Manchester: tiene jugadores de medio campo hacia el frente que pueden darle la tranquilidad necesaria para ordenar sus ideas y buscar el regreso y el pase a las finales de la Champions en Portugal. Desde Modric, pasando por Casemiro, Kroos y siguiendo con Hazard -que, en apariencia, estará listo- Isco, Asensio, Vinicius Junior y hasta llegar a Benzema, quien debe ser, por su momento, los hombros en donde reposen las esperanzas merengues, el Madrid promete pelear antes de “morir” en un torneo donde nadie le discute su protagonismo histórico. Colectiva e individualmente es un equipo diferente al de los tres primeros meses del año.
¿Favorito? Es difícil suponer que el Real Madrid no lo sea para un juego de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones de Europa. Debe serlo, a pesar de que va ante un equipo bien dirigido por Guardiola, que tiene siempre la esperanza de dar el paso de calidad europeo para el que ha invertido muchos millones de euros e incluso más allá de que no tiene a Ramos y que el marcador indica el poco agraciado estado que tenia justo antes de la pandemia. Es el Madrid, damas y caballeros y cuando el Madrid juega, el futbol europeo se estremece y es capaz de rendirse ante cualquier hazaña y gloria… Es el Madrid. Punto.