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Abrazados a la mediocridad...

ESPN

El jueves eres un “súper equipo” y el domingo eres “el peor de todos”. Son las crestas y los valles irregulares que presenta el “electrocardiograma” del futbol mexicano. Algunos, le siguen llamando “competencia” y “emoción” y otros suponemos que se trata de una cuestión mental de futbolistas y de entrenadores que muestran un lado relajado y hasta displicente de la competición. Es verdad que no nos ponemos de acuerdo, pero estamos conscientes de que es complicado valorar al futbol mexicano a partir de lo que vemos jornada con jornada. Saber aquí qué club es un auténtico contendiente en la temporada regular -porque en la liguilla las cosas suelen cambiar- es verdaderamente difícil por no decir imposible…

SAN DIEGO, California.- El 8-2 en contra del Barcelona ha dejado en evidencia de que cualquier cosa es posible sobre un campo de futbol, pero en México somos capaces de eso y de algo más.

Hay cosas que, definitivamente, nunca he entendido de nuestro futbol. ¿Cómo es que el jueves puedes ser un “súper equipo” y apenas unos días después, el domingo, eres el peor de todos?

El América amaneció el lunes como el mejor del campeonato a pesar de su amarga derrota en casa del Gallos Blancos de Querétaro, un club que recién fue parte de una operación de cambios de propietarios y que se armó con lo que sobró del Atlante de la división del ascenso. ¿Fue un accidente? Puede ser, pero las contradicciones continúan: Ese mismo Gallos Blancos tuvo la osadía, en la semana, de vencer al equipo de mayor regularidad en el año del futbol mexicano, el Cruz Azul. Llegaremos, enseguida, a la tradicional polémica cuando se trata de analizar ese tema: ¿Es un asunto de irregularidad o de equilibrio? La realidad es que con tan pocas horas de diferencia no puedes pasar del ser mejor al peor y viceversa.

Los “defensores” a ultranza del futbol mexicano insistirán que es parte de la dura batalla que propone el torneo, donde “cualquiera le puede ganar a cualquiera”. Ponderarán, además, las emociones que ello conlleva y que genera una diferencia con respecto a otras ligas del mundo donde todo o casi todo puede definirse con antelación. Otros afirmamos que es un tema de mentalidad que atañe a todos, desde futbolistas y pasando por los entrenadores, que se aproxima más a un modelo irregular y mediocre. Y de ahí no saldremos, cada quien con sus argumentos y sus cuentas.

En el futbol siempre hay espacios para los “accidentes”. El problema es que en el del México esos “accidentes” ocurren permanentemente, son parte adherente de la competencia y generan profundas confusiones sobre cuál es el verdadero nivel del juego que vemos a semana con semana.

Puede que el sistema de competencia no ayude mucho en el tema. Los jugadores y los entrenadores -los personajes más trascendentes en el asunto- saben que el torneo mexicano permite cierta relajación o displicencia y que cuando se les antoje, puede acelerar el paso y meterse entre los contendientes a la liguilla, cumpliendo así con las expectativas que generan y las obligaciones que les exige.

Seguramente -eso pensamos- “las aguas” volverán a su nivel pronto y el América y Cruz Azul serán dos equipos de punta, candidatos a ganarlo todo, mientras que el Querétaro luchará por alejarse de los últimos puestos del cociente. Pero mientras ello sucede, siempre hay tiempo y espacio para suponer que nuestro futbol abraza más la mediocridad que la alta competencia…

@Faitelson_ESPN