La salida de Messi no se fraguó hace una semana cuando […] quedó sembrada en 2017 cuando pidió una cláusula de escape anual
Apenas puedo entender que lo de Lionel Messi y el Barcelona haya terminado, porque es un hecho que se acabó. Messi ha quemado sus naves y no tiene pensado regresar al Camp Nou. Lo que es peor, que haya terminado de esta forma con abogados involucrados, con un silencio ridículo y con semejante tensión. ¡Estamos hablando del mejor futbolista en la historia del Barcelona! Uno de los mejores de la historia del futbol.
La salida de Messi no se fraguó hace una semana cuando envió el burofax, ni al final del bochornoso 2-8 ante el Bayern Munich. La semilla quedó sembrada en 2017 cuando Lionel pidió una cláusula de escape anual y el Barcelona accedió. Si estás al 100 por ciento con un proyecto deportivo no pides un apartado semejante.
Después de eso vinieron los batacazos ante la Roma y el Liverpool en Champions, los desencuentros con Eric Abidal, el "Barca Gate" (cuando Josep María Bartomeu fue acusado de contratar a una empresa para difamar a varios jugadores de su propio equipo en redes sociales, y proteger su imagen como presidente), la no recontratación de Neymar y la llegada de Antoine Griezmann. Las gotas que derramaron el vaso fueron la coronación del Real Madrid en la Liga 2019-20 y la goleada del Bayern. Ya para entonces, la semilla había germinado y llevaba creciendo tres años.
Todo este tiempo, Messi vio como Josep María Bartomeu, seguramente el peor presidente en la historia de Barcelona, cometía error tras error. Se gastó 135 millones de euros en Philippe Coutinho, 125 millones de euros en Ousmane Dembélé y 120 millones de euros en Griezmann. Un total de 380 millones en tres jugadores que no hicieron diferencia, las dos primeras fueron compras de pánico tras la salida de Neymar. Cambió cuatro veces de director deportivo y cuatro veces de entrenador. Un proyecto deportivo totalmente ausente de rumbo.
Las formas son deplorables. A ambas partes les ha faltado estar a la altura, les han faltado toneladas de grandeza. Entiendo la decisión de Messi, no entiendo por qué no ha dado su versión. ¿Cómo es posible que siendo el capitán del equipo no dé la cara aún en los momentos más complicados? La cinta de capitán tiene privilegios y también responsabilidades.
Y de Bartomeu, que tiene las horas contadas, no se puede esperar mucho más. Es una vergüenza que tengan un presidente tan inepto, que esté a punto de pasar a la historia como el que vio partir a Neymar y a Messi durante su gestión. Mientras tanto, el FC Barcelona está en llamas, pasando sus horas más grises.