Mansour bin Zayed bin Sultan Al Nahyan está por transformar al argentino en el futbolista mejor pagado en la historia del deporte. Y lamentablemente, es tiempo de hablar de euros, de dólares, de dineros, cuando lo de Messi parece más apegado a un don de creación, de expresión artística, lúdica que significa el juego del futbol. Un contrato de 5 años y sí, por 700 millones de euros -irónicamente la cifra de la cláusula de rescisión del Barcelona- es lo que propone el City Football Group para llevarse al mejor futbolista de nuestra época...
SAN DIEGO, California.- Hay tres cosas que le sobran al jeque Mansour bin Zayed bin Sultan Al Nahyan, miembro de la familia real de los Emiratos Arabes Unidos: 1.- Petróleo. 2.- Esposas y 3.- Pasión por el futbol...
Ese el personaje que pronto aparecerá en la gran y dramática escena del verano que ha planteado la salida de Lionel Messi del Barcelona. El jeque árabe, el jeque de Messi, el hombre que lo convertirá, también, en el futbolista y en el deportista mejor pagado en la historia de la historia del deporte.
El futbol quedó atrás. Ahora, penosamente, todo es dinero e intereses en lo que queda de la relación Messi=Barcelona.
Pero incluso para quienes admiran más la textura de los billetes -estos no son "verdes", son euros- que la textura misma del balón y del césped, existirá un "producto especial": Lionel Messi se convertirá en la transacción más cara en la historia del juego, un honor que le servirá al Barcelona para animar sus deprimidas arcas y que le dará al futbolista argentino el sitio que merece en la mesa de valores financieros del juego. Superar los 222 millones de euros que pagó el Paris Saint Germain al propio Barcelona hace tres años parece solo un paso de lo que verdaderamente será un récord económico en el deporte de todos los tiempos: el contrato de 5 años que presumiblemente tiene sobre la mesa el jeque saudiarabe Mansour bin Zayed bin Sultan Al Nahyan (3 en Inglaterra con el Manchester City y 2 en Nueva York con NYFC de la MLS): ¡700 millones de euros! Messi ganará, a los 33 anos, más del doble de lo que percibía en el Barcelona.
Sigo pensando que es un absurdo hablar de esas cifras cuando se trata de un simple, trivial y lúdico juego de futbol. La industria lo permite, es verdad, y hay ciertos clubes -uno de ellos es el City- que, con Messi, pueden potencializar sus ambiciones para ser más que aspirantes a ganarlo todo. Un City de Guardiola con Messi sería más candidato que nunca para buscar algo que muy pocos clubes han logrado el mismo año: ganar la Premier y la Champions al mismo tiempo. Esa exigencia, para muchos expertos, significa la prueba más complicada por la que puede atravesar un equipo de futbol e nuestros tiempos.
Messi está por dejar atrás todos los récords de dineros que jamás se hayan establecido en el deporte profesional. Lo hará, incluso, por encima del mercado estadounidense que suele pagar fortunas y que hace poco nos "regalo" la noticia de que el joven quarterback de los Jefes de Kansas City, Patrick Mahomes, alcanzaba una impensable de 503 millones de dólares por 10 años. Lo de Messi es más, es un euros y es menos tiempo.
Debería quedar prohibido hablar de euros, de dólares, cuando lo de Messi se trata más de una creación, de una expresión artística por el juego del futbol, pero el dinero y los intereses están hoy por todas partes. Y lo de Messi dejó de ser un cuento romántico, ahora es uno económico.