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Por enésima vez, Jorge Messi juega al gato con el ratón catalán

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Llorens: Lionel Messi tiene la llave y solo es necesario que hable (3:43)

Moisés Llorens habló de la reunión entre el papá de Lionel Messi y el presidente del Barcelona y declaró que no hubo avances en el caso del astro argentino. (3:43)

LOS ÁNGELES -- Josep María Bartomeu y Jorge Messi tuvieron su primer round, ése, el de estudio, el de espionaje. Olvidaron, claro, a la principal réferi: la buena voluntad.

Hablan de 90 minutos de sondeo, de escarceo, de jabs inocentones. La duración de la cita, es un mal augurio. Si es breve es contundente: humo blanco, en este caso, humo azulgrana. Habrían firmado la paz, pero, es evidente, eligieron la guerra.

Al extenderse por 90 minutos, se revela que cada uno, Bartomeu y Messi, montaron su trinchera a 180 grados de distancia en el espectro de la intolerancia, de la tozudez.

Versiones abundan, pero coinciden en dos puntos pendularmente opuestos. Una granítica fortaleza ajada por el 8-2, la del Barcelona, que quiere retener a un jugador que desde el sismo del 8-2 se hartó de vivir en un páramo sin gloria, después de habituarse al paraíso que parecía inagotable, ése, el de los desfiles victoriosos.

Hablan de cordialidad en la charla. Ha sido, entonces, una confrontación más al estilo genuino del Arte de Fistiana, que caer en la atrabancada vulgaridad de la UFC. Esta barbarie, tal vez aparezca en el último asalto de esta larga contienda, cuando los colmillos desgarren a los finos modales de este miércoles.

El primer tête à tête, este primer mano a mano, significó una recolección de datos por ambos bandos, más allá de las posturas recalcitrantes de ambas partes.

Ojo: tanto Bartomeu como el Clan Messi, ya saben hasta dónde pueden proponer, hasta dónde pueden negociar, y hasta dónde, cuándo y cómo deben amenazar, porque este ritmo, esta atmósfera candorosamente tierna de San Valentín va a romperse estrepitosamente en alguna zacapela.

Después de escucharse mutua y generosamente este miércoles, Bartomeu y su escudero Josep Bordas llevarán su versión a sus inquietos y casi histéricos allegados, mientras el Clan Messi expondrá, al eje de todo el conflicto, a Lionel, lo que quiere el Barcelona y, por supuesto, entre Jorge y Rodrigo Messi, y el abogado Jorge Pecourt, tratarán de elucubrar dónde morder en la siguiente reunión, que algunos concitan para este jueves y otros para el viernes.

Sin embargo, el escenario ya lo conocemos. La decisión final sale de Jorge Messi y como referencia de ello, hay una declaración puntual hecha por él mismo a la revista alemana Kicker, en 2013, y que rescata el sitio The Athletic.

“(Leo) siempre ha seguido mis indicaciones como entrenador. Aún hoy (en 2013) se comporta de la misma manera. Él nunca me ha dicho ‘ya tengo 25 años, soy un adulto y el mejor jugador del mundo’. El otro día le mencioné algunos detalles después del juego contra el Real Madrid. Soy el mismo con él hoy como padre que cuando fui su entrenador en el Grandoli (el equipo que fue la cuna de Lionel)”, reveló.

Insoslayable la habilidad de Jorge Messi para jugar al pressing en terrenos contractuales.

1.- Cuando Newell’s Old Boys dudó sobre Lionel, tomó a su hijo y apareció en Barcelona.

2.- Cuando Barcelona dudó en firmarlo, filtró negociaciones con River Plate.

3.- Cuando el club culé dudó sobre su contrato de 150 mil dólares al año para un mocoso, Jorge Messi habló con Jorge Valdano para llevarlo al Real Madrid.

4.- Cuando, empezaron a negociar contratos millonarios y había reticencia entre los catalanes, abrió la puerta a la oferta del Inter de Milán.

5.- En 2013 y 2017, cuando las cifras y las cláusulas no cuadraban, Jorge Messi se sentó a negociar con Manchester City, y después lo dejó vestido y alborotado.

Sí, el padre de Lionel conoce todas las argucias, los atajos y los puntos neurálgicos para someter al Barcelona desde hace 20 años. El gato volverá a jugar con el ratoncito en turno en el salón oval del club blaugrana.

Bartomeu no lo sabe, o si lo sabe, no puede contrarrestarlo, porque está ante el más audaz y pícaro tahúr, al negociar las habilidades exuberantes de su hijo en la cancha. Antes que él, mejores negociantes cayeron en la ratonera. Y sí, nuevamente el queso oloroso es el Manchester City.

Como sea, el tiempo corre. Y lo hace a favor de Messi y en contra del equipo de futbol. Lionel y sus 33 años se meten a la cancha, y desencadenan la bestia ansiosa de cancha, ya sea con el Barcelona o con cualquiera otro, aunque, de ser la Liga Premier, sí va a necesitar, a pesar de sus precauciones incluso, perder al menos un par de kilos, según el obsesivo rigor de los preparadores físicos.

Y lo más curioso, es la forma en que han sido relegados a segundo plano, el equipo, el proyecto de Ronald Koeman, los planes para fortalecerlo, y el mismo protagonismo del resto de los jugadores. Hoy, todos ellos, que deberían ser los protagonistas, porque saldrán a la cancha ante el Elche, son simplones actores de reparto. Todos atienden al perro por su pedigrí, pero se olvidan de las pulgas.

Por lo pronto, móntese de paciencia. A esta telenovela del #MessiGate le sobran capítulos suficientes como para seguirse solazando el Día del Juicio Final, por la tardecita.