LOS ÁNGELES -- ¿Músculo? ¿Resistencia? ¿Consistencia? ¿Talento? ¿Un poco de todo? ¿O no hay para más? Al final, Héctor Herrera parece haber pagado el derecho de piso en la cofradía del Cholo Simeone.
Debido al craso error administrativo del Atlético de Madrid, de dejar escapar a Thomas Partey (Arsenal), los colchoneros habían consumado la llegada de Lucas Torreira. El destino parecía incierto para el jugador mexicano.
Sin embargo, se ha convertido en el caballo de batalla de Cholo Simeone, le ha respetado minutos, le ha respetado oportunidades, a sabiendas que Herrera ha aceptado el nuevo libreto en la cancha.
Simeone es solidario con Herrera. Éste pedía oportunidades. Las ha tenido, incluso a pesar de errores que le han costado goles al Atlético de Madrid en LaLiga y en la Champions
Tal vez el técnico argentino ha visto en Herrera, ese destello que él mismo tuvo como futbolista. “Juega cada partido como si fuera el último de tu vida”. Y el mexicano así parece hacerlo. “Los partidos no los ganan los que mejor juegan, sino los que están más seguros de lo que hacen”, ha dicho El Cholo.
Entendiendo el desgaste brutal que significa ser parte de la legión espartana de Simeone, el Atlético de Madrid ha aceptado reclutar a un jugador más para la media cancha. Con etiqueta de 20 millones de euros, llega Geoffrey Kondogbia del Valencia.
Aunque parecería que otro jugador de perfil similar llega al equipo, sería una mala noticia para Héctor Herrera, su futuro sigue en sus manos. Simeone la ha marcado la ruta. “Los partidos hay que jugarlos con el cuchillo entre los dientes... en el terreno de juego”.
Rodeado de jugadores que entienden y degluten plenamente lo que significan las presiones y el alto rendimiento, como Koke y Llorente, El Zorrillo (así le bautizaron en Pachuca, por una franja decolorada en la melena) ha tenido que aprender a jugar el futbol de manera distinta. Sí, la música es una sola, pero hay tantas formas de interpretarla. Igual pasa en la cancha.
El liderazgo de Héctor Herrera en el Porto era incuestionable. En el Atlético de Madrid es sometido a examen partido a partido. No es la primera vez que tiene un dilema similar. En la selección ha sufrido.
Miguel Herrera y Juan Carlos Osorio lo tenían en concepto muy elevado. Pero querían más de él, querían precisamente eso, en recorridos, concentración, intensidad defensiva, que hoy mismo le reclama Simeone. El tiempo lo convertirá en mejor jugador de futbol o en un inquilino de la banca. Él decidirá.
Seguramente, con esa misma ilusión que tenían El Piojo y Osorio, hoy Simeone lo incluye en sus alineaciones. Incluso si ha tenido que hacer movimientos en media cancha, en ocasiones ha elegido hacer cambios con Koke y Llorente.
Y la metamorfosis ha impactado en la selección mexicana. En los partidos contra Países Bajos y contra Argelia, su desenvolvimiento ha sido de claroscuros. Los primeros tiempos en la cancha se pierde, y poco a poco toma el mando del equipo.
Y a pesar de que también ha cometido errores en la salida del equipo, en la entrega de balones, en zonas de tolerancia cero, Héctor Herrera fue, en ambos partidos, generador de jugadas de impacto a la ofensiva.
Su posición en la cancha es medular y pendular. Por eso, si flaquea, si yerra, el equipo debe pagar réditos a veces dolorosos. Pero si es capaz de hacer un boquete en el barco, es capaz de resanarlo y de liderar el abordaje.
Ley de la cancha: a veces debe hacer estallar las tambores y a veces debe deleitar letalmente con la suavidad y sutileza de los violines.
Por lo pronto, Herrera tiene en sus manos su futuro. Ya debe estar enterado. Para el Mundial de Catar 2022, de nuevo debe tomar el timón del equipo y elegir a sus escuderos, que hay varios que llegarán a excelente nivel con el Tri.
Tal vez, al final de la jornada con el Atleti, Héctor Herrera escuche la condecoración especial que ha otorgado El Cholo Simeone a varios de sus referentes. “Estos chicos nacieron con unos huevos muy grandes, felicito a sus mamás”.