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El mejor cierre posible

MELBOURNE -- Hace cerca de 5 años, el periódico inglés The Observer publicó una lista de los eventos deportivos que cualquier persona debería ver antes de morir. La única mención hacia al tenis en el top 10 se la llevaba ver un partido de Wimbledon, en la cancha central. Pues bien señores del Observer, llegó la hora de actualizar esa lista y poner un duelo entre Roger Federer y Rafael Nadal entre los tres mejores sino el mejor.

¡Que alguien me diga de un enfrentamiento hoy en día que tenga tanta trascendencia mundial, tanta rivalidad y que genere tanta expectativa como un Nadal vs. Federer o Federer vs. Nadal en una final de Grand Slam!.

A los que están a punto de decir Real Madrid vs Barcelona les digo que no: si bien el Barca es una máquina demoledora que no gana partidos sino que aniquila adversarios al igual que Roger y Rafa, el Real Madrid actual bien lejos está de ese nivel. Y cuando era el Real Madrid el que estaba a la altura, era el Barca el que demeritaba.

En cambio estos dos desde hace rato que están en la cima de sus carreras. Cada vez que se enfrentan tiemblan los libros de récords. En el Wimbledon pasado, no lograron sino batir el récord de la final más larga en la historia del torneo y durante 4 horas y 48 minutos se demolieron a pelotazo limpio mientras nosotros, con deleite, los veíamos devorarse el uno al otro. Tal era la magnitud del evento, que de haber ganado Federer hubiera sido el único jugador en ganar seis títulos consecutivos en Wimbledon en la Era Abierta. Pero es tan impredecible esta rivalidad que pocos creían posible ver al suizo hacerle corrillo al español en el templo sagrado del tenis.

Aún recuerdo la frase tan bien puesta de Luis Alfredo Álvarez en la transmisión de ESPN, cuando decía que para Rafa Nadal todo sería "verde esperanza" de ahora en adelante. No estaba equivocado. Hoy Rafa llega a su primera final en Australia, su primera en superficie dura en Grand Slams y busca su tercera corona distinta en estos torneos. Por su parte, Federer busca igualar la marca de Pete Sampras con más títulos ganados en majors.

Su rivalidad es solo comparada con otras que han inmortalizado este deporte: Connors vs McEnroe, Becker vs Edberg, Agassi vs Sampras y Lendl vs McEnroe. De enfrentarse seis veces más en finales de cualquier torneo romperán la marca de más enfrentamientos en esta ronda definitiva, actualmente en manos de Lendl y McEnroe con 20. Éstas, como su juegos, son palabras mayores.

Y lo mejor de todo es que Nadal sólo tiene 22 años y Federer 27 y ambos parecen que nunca hubieran ganado nada: cada vez que pisan una cancha de tenis salen como dos bolas de fuego consumiendo en llamas todo lo que se les ponga en frente. Son tan profesionales en su oficio, que no les importa ridiculizar a sus oponentes. Al fin y al cabo ellos entienden que eso hace parte del juego limpio.

Si las coincidencias tienen sentido, Rafa debería perder el domingo, pues su historial en Australia dice que al año siguiente apenas si mejora su marca anterior. En 2004, su debut, llego a tercera ronda; en 2005, avanzo hasta octavos de final; en 2006, no jugó; en 2007 alcanzó cuartos de final y en 2008 semifinales. Este año, Rafa ya esta en la final, pero si todo concuerda, solo ganará el título el próximo año.

Esto, por supuesto, sirve sólo para especular. Es sólo un dato curioso. Esta noche la palabra la tienen ellos. ¿Ganará el mejor? ¿Ganará el que cometa menos errores? ¿Ganará el más fino o el más aguerrido?

Con Roger y Rafa nunca se sabe. Pero lo que si sé es que ganamos nosotros.

P.S. La primera pregunta que le hicieron a Fernando Verdasco en la rueda de prensa, tras perder el partido de semifinales frente a Rafael Nadal, fue que si "iba a poder dormir esa noche". Yo creo que esta es la hora en que todavía no ha pegado el ojo.