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Terminó la historia de Cenicienta

MIAMI -- Aficionados y Fanáticos al "Rey de los Deportes": justamente en el encuentro en que más batearon, los holandeses dijeron adiós al Clásico Mundial de Beisbol. Por fin los naranjas pudieron desplegar una ofensiva de once imparables, pero no fue suficiente para derrotar a los Estados Unidos y quedaron eliminados.

Lamentablemente para ellos, el pitcheo no se comportó a la altura y los norteamericanos les fabricaron nueve carreras, dejándolos fuera de toda posibilidad.

Se suponía que Rick VandenHurk era la pieza ideal para éste encuentro decisivo: un hombre con experiencia en las Grandes Ligas, que conoce a la perfección éste parque porque pertenece a los Marlins y que había enfrentado antes a casi todos los miembros de la ofensiva rival. Pero el destino beisbolero le tenía marcada una muy mala salida y no pudo ir mas allá de dos episodios de trabajo, cargando con la derrota.

De cualquier forma, los Países Bajos escribieron la historia más importante de la primera ronda y la que se recordará por siempre cuando hagamos referencia a éste Clásico Mundial, derrotando a República Dominicana en dos ocasiones para eliminarla del torneo. Al igual que Australia, demostraron lo mucho que ha subido el nivel de la pelota en sus países, sentando las bases para ser considerados dentro de cuatro años por tratarse de equipos protagonistas y que toman en serio su papel.

Antes del inicio del encuentro, Randall Simon me platicó sus frustraciones, ya que en los juegos anteriores, venía a batear generalmente sin corredores en circulación y eso hacía que los lanzadores le pitchearan de forma muy complicada. Pero con el transcurso de los innings, tuvo varias posibilidades de olvidar esa situación y no pudo aprovechar ninguna. En la tercera entrada, perdiendo apenas por 3-0, bateó con las bases llenas y fue dominado con elevado a las paradas cortas para el último out. En la séptima encontró compañeros en segunda y tercera, pero conectó al central para el segundo tercio. Cinco corredores dejados en circulación, que pudieron haber cambiado de forma drástica el desarrollo del partido.

Pero al final hay que darle mérito también al pitcheo de Roy Oswalt, que a diferencia de Jake Peavy la noche anterior, se vió mucho mejor en el centro del diamante para controlar a la ofensiva naranja. La gran historia terminó, pero el combinado Curazao-Aruba-Holanda, se lleva los aplausos y el reconocimiento de todos los que siguieron sus hazañas en Puerto Rico.

Para los Estados Unidos, la victoria significó librarse de lo que hubiese sido un fracaso mayúsculo, pero todavía tienen mucho por hacer para sacarse la espina de hace tres años. La mejor noticia fue que el reemplazo de Dustin Pedroia; Brian Roberts, comenzó con el pie derecho su participación en el Clásico conectando tres imparables en sus primeros turnos, además de recibir par de pasaportes.

Y llegó el momento del primer plato fuerte en Miami dentro de la segunda ronda: Venezuela y Puerto Rico frente a frente buscando el primer boleto para las semifinales en Los Angeles. Un duelo que promete ser interesantísimo y un ambiente que seguramente será sensacional en las tribunas del Dolphin Stadium, que se presentarán atestadas de seguidores para éste gran duelo.