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El año 2013 está muy lejos

Asia volvió a dominar en un Clásico Mundial de Béisbol que dejó sinsabores a este lado del Atlántico.

La persistencia del lejano continente en el cuadro de honor posiblemente ayudará a que los participantes de este hemisferio se preparen aún más y hagan su mayor esfuerzo para contar con sus mejores armas en la justa.

Estados Unidos será el gran candidato a la corona, cuando pueda reunir a sus máximas estrellas. Las lesiones jugaron en contra esta vez, pero aún se quedaron en el spring training varios de los lanzadores más dominantes de la gran carpa, ajenos a la convocatoria del manager Davey Johnson.

Los jugadores de República Dominicana asistirán a la tercera edición del Clásico con el mismo acicate que hizo de los venezolanos la representación más acerada de América Latina en 2009. Dentro y fuera de Quisqueya, todos sabemos que la tropa de Felipe Alou estaba llamada a ser protagonista y no lo fue. Eso va a picar el orgullo de los sucesores de esta escuadra.

El torneo será recordado como la injusta despedida del gran piloto quisqueyano. Durante cuatro años, los aficionados seguirán preguntando qué habría ocurrido de haber asistido Albert Pujols, de no lastimarse en las prácticas Alex Rodríguez y de haber integrado el roster aquellos cerradores de primera línea que hacen vida en la gran carpa, pero que en esta oportunidad faltaron al llamado.

El dolor también persistirá en Puerto Rico, justificadamente. La boricua fue la mejor selección del campeonato después de cuatro juegos, incluyendo un impensable nocaut frente a los poderosos estadounidenses, pero se desinflaron en sus dos choques finales y dejaron con hambre de triunfo a todos los aficionados en la Isla del Encanto.

Hay razones para la decepción en Borinquen. A diferencia de Panamá o de esa Holanda caribeña, a diferencia de Italia, Australia, Sudáfrica (para no limitarnos a este lado del Atlántico) e incluso a diferencia de Canadá y México, Puerto Rico reunió una novena balanceada, lo más parecido a aquel Dream Team que hizo historia en 1995.

Cuba tendrá que probar que lo de 2006 no se debió a la sorpresa de haber tomado desprevenidos a sus rivales. El talento en la isla es enorme, cierto, pero sus rivales iban avisados esta vez y se prepararon mejor. La reunión de 2013 nos dará una medida mucho más precisa de lo que está hecho el béisbol de la gran Antilla.


México y Canadá también están en deuda, especialmente los primeros. A los canadienses les afectó la desbandada que sufrieron al armar su staff de pitcheo, perdiendo en el proceso a figuras como Rich Harden o Ryan Dempster. Los dirigidos por Vinicio Castilla, en cambio, parecían obligados a dar más.

Queda Venezuela, protagonista habitual de este blog y único latinoamericano en semifinales. Como dijéramos aquí, el recorrido semifinalista sirvió para pagar la promesa hecha hace tres años, cuando la debacle del primer Clásico. Obviamente, eso no le bastó para la gente, que soñaba en el país suramericano con una fiesta de apoteosis, al asegurar la corona.

Lo más triste no es que la Vinotinto cayera contra Corea del Sur. Lo triste fue el cómo. Con un rally de cinco carreras en el primer inning, producto de un derrumbe defensivo, y un bajón anímico después de ese golpe.

El bajón y el buen pitcheo coreano cortaron la capacidad de reacción de los venezolanos. Todavía muchos se preguntan si Luis Sojo se equivocó, si acaso no debió ir con Félix Hernández como abridor en lugar de Carlos Silva, para evitar sorpresas desagradables.

Es verdad que Hernández es mejor lanzador que Silva. Lo ratifica la rotación de los Marineros de Seattle, donde el primero es el as y el segundo ocupa un puesto en la parte de atrás. Pero recuérdese un par de puntos, antes de lanzar la primera piedra.

Primero: Nada sugiere que con el "Rey Félix" sobre la loma la defensiva tampoco se habría desplomado.

Segundo: La principal característica de la Vinotinto fue la cohesión, formar un equipo donde todos hacían su aporte, sin importar que hubiera estrellas, novatos y veteranos sin contrato en la pelota organizada. Esa cohesión, que sirvió para tapar los flancos abiertos dejados por las obvias ausencias (Johan Santana, Carlos Zambrano y compañía) se consiguió porque Sojo es, ante todo, un motivador. Y un piloto así jamás habría cambiado la rotación. Dicho con las palabras que usó el ex infielder: "Sería una falta de respeto".

Con cada manager hay que tomar el paquete completo, guste o no guste. Si por motivador, Sojo ayudó esta vez a Venezuela a avanzar, debe aceptarse también su decisión de confiar en el esfuerzo de cada uno de sus hombres, bien sea Yoel Hernández en un octavo inning o Silva como abridor en la semifinal.

¿Repetirá el manager caraqueño al frente de la selección de su país? Falta mucho tiempo para la próxima edición. Primero sabremos si en realidad el torneo se amplía a 24 equipos, si se ajusta el calendario para evitar tantos días libres y si se reducen las imposiciones de las Grandes Ligas.

Será una larga espera. No sólo porque median cuatro años para 2013, sino, especialmente, porque no hay peor espera que la que empieza después de una derrota amarga.