El que mejor juega y ha jugado en los últimos años es el campeón. Un equipo que busca el equilibrio y que no rehúye a la responsabilidad de entender que el futbol es, antes que una competencia deportiva, un espectáculo. El León no fue brillante en la final y quizá tampoco en toda la liguilla, pero aprendió que debía controlar las situaciones y las emociones. Es un digno campeón que enaltece la cancha, que vanagloria al futbol con sus formas y sus maneras… El futbol, sin duda, duerme tranquilo esta noche…
SAN DIEGO, California.- El León es el campeón. Rima y rima bien…
Y la razón es simple: Cuando un equipo que juega a intenta jugar bien es el campeón, el futbol se congratula.
El León entendió que debía jugar de forma diferente la liguilla. Lo ha hecho sin mucho lustre, pero con temple y control de las situaciones y las emociones. Muy bien por Nacho Ambriz y sus futbolistas.
Fue una final triste. Sin color, sin pasión y con toda la responsabilidad para los futbolistas de ambos clubes.
Ni hablar. Es lo que ahora tenemos y hay que tratar de disfrutarlo. Pero le faltó, le faltó a la final. Tanto en intensidad como en futbol. El León dominó “nerviosamente” el juego y el marcador y al final rubrico un título basado en su inteligencia y en su calidad.
El error de Talavera no sentenció la final. Lo que sentenció la final fue el pase genial de Montes y la definición magistral de Yairo. Hay que enaltecer “lo bueno” sobre “lo malo”. Pumas hizo mucho más de lo que tenía presupuestado. Fue digno hasta el final. Nada que reclamarle a Lillini y a sus futbolistas.
El error de Talavera no sentenció la final. Y no me parece un error haberlo puesto como titular. Gracias a Talavera, Pumas llegó hasta aquí. Si él decía -que supongo fue así- que estaba listo, listo estaba y punto. Lo que sentenció la final fue el pase genial de Montes y la definición magistral de Yairo. Hay que enaltecer “lo bueno” sobre “lo malo”.
Nacho Ambriz debe ser el mejor entrenador mexicano de la actualidad… Ha hecho un trabajo impresionante. Felicidades, Nacho, los ha perseguido con ahínco, con humildad y con gran talento. Y sobre todo, enalteciendo un estilo equilibrado, que busca ofender antes de defender y que ha perseguido un estilo a pesar de los reveses que afrontó en las liguillas.
Luis Montes es el jugador del torneo. Mantuvo un nivel extraordinario. Apareció poco en el primer juego de la final, pero en la noche definitiva, volvió a ser el jugador que era capaz de cambiar el horizonte del partido. Líder, trabajador, profesional, es una lástima que la selección no pueda gozar de su talento…
Felicidades a dos hombres jóvenes detrás de este campeón. Jesús Martínez Hijo. Ha trabajado bien. Ha heredado la sabiduría de su padre para administrar clubes. Excelente. También, un reconocimiento a mi amigo y compañero, José Ramón Fernández Gutiérrez, otro personaje que ha trabajado con empeño en esta empresa.
El León es el campeón. Rima y rima bien, con el futbol con sus valores, con el estilo y con la forma. El futbol duerme tranquillo esta noche. Ha ganado el mejor.