Urge “ acudir” el sistema. Las primeras fechas del Guardianes 2021 han estado muy distantes del nivel futbolístico y de las emociones que exige la industria de un deporte profesional. Juegos aburridos, intermitentes en cuanto a ritmo, con escasas llegadas, con los futbolistas erráticos y los entrenadores poco dispuestos a tomar riesgos. No podemos seguir así. La jornada que comenzó el viernes y terminó el lunes resultó en un tormento para los sentidos del aficionado. Hoy más que nunca, el futbol en México, y en el mundo, es un negocio de televisión y debe ser atractivo para atrapar a los aficionados... Urge encontrar nuevos métodos que no dejen todo lo mejor para el final: los grandes Clásicos y la liguilla lucen hoy muy lejanos en el calendario...
SAN DIEGO, California.- Un futbol de bostezos. Eso ha provocado en sus dos primeras fechas del Guardianes 2021.
El “tormento” de encender la televisión comenzó el viernes y terminó hasta este lunes, cerca de la medianoche. Juegos carentes de emociones, equipos que toman pocos riesgos, falta de nivel o de calidad y partidos que generaban bostezos y pesadumbres.
Desde un producto que generó la televisión, el “viernes botanero”, pasando, luego, por el sábado estelar con la presentación de tres de los “grandes históricos”, Chivas, Cruz Azul y América, y hasta un domingo donde a alguien se le ocurrió programar en horario principal un “muy interesante” Querétaro vs. Atlas. Algo tienen que hacer, inventar o provocar las autoridades de la Liga MX, pero el nuevo formato de competencia, el hecho de que se clasifican a las rondas finales 12 de 18 equipos y la abolición del descenso podrían haber generado que los clubes, los futbolistas y los entrenadores se “tiren a la hamaca” en estas primeras jornadas porque saben que tiene tiempo y espacio suficiente para acelerar y recuperarse.
Y el tema parece ser uno solo: Intensidad. El futbol mexicano carece de ella. Tiene ciertos momentos en el desarrollo del juego que quizá llegan a ser interesantes, pero no tienen la continuidad necesaria en el ritmo y en la cantidad de jugadas que se generan. El balón va y viene de un sitio a otro. Sale demasiado de la cancha. El juego se detiene por faltas innecesarias y, para acabar con el tétrico cuadro, no hay aficionados en las tribunas que abucheen o que aplaudan, pero que exijan al futbolista un mayor rendimiento.
La Liga MX no puede mantener un sistema de competencia que fomente totalmente la mediocridad. Doce clasificados a la final es una exageración, y la revocación del descenso debe tener, tarde o temprano, repercusiones hacia el nivel del juego. Hay que buscar nuevas fórmulas. Un método de competición más dinámico que pueda mover la liga, combinarlo con la desparecida Copa y generar partidos “a matar o morir” temprano en el calendario. Hay que darle una sacudida al sistema y encontrar maneras de hacerlo más atractivo y no un tormento. Hoy más que nunca, el futbol en México es un deporte de televisión y si ese juego no “comunica”, no transmite y no atrapa, terminará por ser un lastre económico aún peor para los complejos tiempos que vivimos.
@Faitelson_ESPN