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"Santa fortuna" celeste...

Cruz Azul: fortunas y desgracias... Hubo quien celebró el hecho de que Cruz Azul no tenga que enfrentar a un equipo de mayores dimensiones en la final, pero nadie pareció percatarse de que Santos es uno de los máximos protagonistas en la historia de los torneos cortos del futbol mexicano y que, además, a diferencia de un club de elevadas condiciones mediáticas, este no tiene la presión ni la necesidad imperiosa de levantar el título. Cruz Azul fue un “afortunado”, decían algunos, al no tener que medirse con América, Rayados, Tigres o León, pero es todo un “desgraciado” cuando debe jugar para romper un ayuno de más de 23 años sin título ante el equipo que mejor se ha adaptado a las condiciones competitivas del futbol de México en los últimos 25 años...

SAN DIEGO, California.- Para “fortuna” de Cruz Azul, no fue el América, no fue Tigres, León o Rayados, pero para infortunio o “desgracia” de Cruz Azul se estará enfrentado, en la final que busca romper su largo ayuno de títulos, al club que mejor se ha adaptado a la historia del torneos cortos en el futbol mexicano.

“Santa fortuna” celeste.

Nadie mejor que Santos para entender cómo se protagonizan y, sobre todo, cómo se ganan torneos cada seis meses. Desde el que comenzó todo, en aquel invierno del ’96 y hasta el último del 2018. Santos ha aprovechado el cambio de sistema que se propuso hace casi 25 años y lo ha convertido en “oro molido” para sus arcas: Seis trofeos de Campeón y 4 de sub-campeón. Más que “afortunado”, Cruz Azul debe estar “intrigado”. Un equipo de convocatoria regional transformado en un “vergel” en medio del desierto.

El propio Cruz Azul conoció del poderío santista en el verano del 2008, cuando el equipo dirigido por el uruguayo Sergio Markarian terminó perdiendo una disputada final (2-3) ante el Santos que encabezaba Daniel Guzmán. Santos ha sido la cara opuesta de Cruz Azul desde la instauración de los torneos cortos en el futbol mexicano y hoy, como antes, parece tener una ventaja clara: juega con menos presión que cualquiera de sus rivales y con mucha mayor razón si se trata de Cruz Azul y sus antecedentes. Guillermo Almada, el entrenador de Santos, hurga en la herida celeste: "Cruz Azul tiene muchos años sin títulos, muchos acontecimientos les pueden pesar por la cabeza. Tenemos que jugar con la desesperación del rival".

Cruz Azul tiene que jugar con su presión y a pesar de su opresión si es que quiere el título y lo que ha mostrado hasta ahora, en esta liguilla, ha sido un correcto control de las emociones en los momentos más decisivos de la eliminatoria, entendiendo que nada de lo que ha visto y confrontado hasta ahora, Toluca y Pachuca, se parecerá a lo que Santos puede hacerle en la cancha a partir de este jueves. Justo este miércoles, en víspera del inicio de la final, se celebraron 8 años de aquella malagorada final de Cruz Azul ante el América en el Clausura del 2013, cuando a minutos de ganar el campeonato, Cruz Azul perdió el control del juego, el balón, los estribos, la cabeza y todo lo que parecía tener en su poder. Esa derrota ejemplifica a la perfección la época de devastación que ha vivido este club. ¿Qué nos garantiza que no sucederá lo mismo? La forma en que Juan Reynoso y sus futbolistas han jugado durante el campeonato en los cuatros encuentros de esta liguilla.

Cruz Azul es un “afortunado”. Está de regreso en la final y no tendrá enfrente ni al América, su aparente “némesis”, ni a nóminas de las dimensiones de Rayados, de Tigres o de León, pero es, al mismo tiempo un infortunado, casi “desgraciado”, porque, para ser Campeón, tendrá que vencer a un equipo que se ha ganado con creces una reputación protagónica en los torneos cortos y en las liguillas. Y a un cuadro que, sin duda, esta menos presionado, necesitado, urgido que ellos. Nada sencillo. “Santa fortuna” celeste…

@Faitelson_ESPN