LOS ÁNGELES -- La confirmación de Rogelio Funes Mori como parte del Tri para la Copa Oro generó y degeneró en apasionantes y chuscas expresiones y declaraciones, que se debaten entre la falsedad absoluta y el ridículo tragicómico.
Repudiado por los hinchas de River Plate (“Y Funes Mori la erró...”), venerado por los aficionados de Monterrey, con 11 comparecencias de Rayados en la cancha sin que él marque gol, el Mellizo resultó ser más mexicano que unos nopalitos con huevos, en salsa guajillo.
Pero, antes de entrar a sus homilías sentimentaloides y chantajistas, vayamos donde la puerca torció el rabo de manera más espeluznante.
¿Qué esperaría Usted que declarara el presidente de la Federación Mexicana de Futbol tras la bendición no Papal, pero sí “Tatal” de Gerardo Martino a Funes Mori? ¿Qué demandaría Usted de un personaje, inteligente, curtidito, moldeado acuciosamente por Emilio Azcárraga Jean?
Le presento dos declaraciones. Una es irreal, y la otra es tan irrealmente real, que sólo puede gestarse en la cabecita de un directivo mexicano.
Opción Número 1: “Ojalá tengamos muchos jugadores naturalizados el día de mañana que se ganen en la cancha esa posibilidad de ser convocados. Jugador con capacidad será bienvenido en esta selección”.
Opción número 2: “Sólo nos queda trabajar en serio, para buscar, impulsar, apoyar y formar, a nuestros propios delanteros, para que, un futbol que se respete, sea autosuficiente, y tener no una, sino varias opciones para el técnico nacional”.
Si Usted eligió la segunda expresión, merece un pasaporte, todo pagado, para el alucinante mundo de Alicia en el País de las Maravillas, con hospedaje especial en el hongo gigantesco donde reposa la oruga azul fumando en un narguile. Usted goza de un candor que raya en la estulticia.
Y si Usted eligió la primera manifestación, como acorde al modelo de lo que es, ha sido y será, un presidente de la FMF, está Usted maligna, maquiavélica y mefistólicamente en lo correcto. Esa fue la declaración de Yon de Luisa a TUDN.
Revela pues, que desde la perspectiva de los directivos mexicanos, mayormente adictos a la holgazanería y la improvisación, prefieren comprar cascajo que formar a jugadores. ¡Qué flojera!
De Luisa, simplemente, abre la puerta a todos los cazadores furtivos, como Funes Mori y sus antecesores, para asaltar plazas en la selección nacional.
Bien lo dijo Jorge Vergara alguna vez: “Chivas es más mexicano que la selección mexicana”. Irrefutable.
Lo de Funes Mori es enternecedor. Claro, como sabe que no puede subirse a un vuelo de Primera Clase rumbo al Mundial de Catar, con Argentina, intenta irse de aventón, casi de mochilero, porque no hay más, en el espurio mundillo de la Concacaf, con la selección mexicana, dirigida por su paisano Gerardo Martino.
Ahora resulta que el Mellizo, quien asegura que ya le entra duro al picante, lo cual debe ser corroborado con una torta ahogada sólo en chile, o un aderezo yucateco con chile habanero, ya ensaya, según versiones regiomontanas, el Himno Nacional, por lo menos para no hacer un ridículo colosal como el de Pablo Montero, y hasta entonarlo, casi en la cadencia original como sí lo hizo Ángela Aguilar.
Pero, en declaraciones internas a la TV de Rayados, dejó botana sabrosona para deleitarse con ella.
“En el momento que me entregaron el papel me sentí un mexicano más y casi lloro, porque es un país que me ha dado todo... yo creo que en otra vida fui mexicano, viví mucho tiempo en Estados Unidos y (con) la gente que se pasa al otro lado para vivir mejor. A mí México me lo ha dado todo”, indicó el Mellizo.
Y aconsejado por alguien, más con deseos de perjudicarlo que de ayudarlo, soltó la siguiente pieza para el museo de los melodramas chantajistas: “Como dice Chavela Vargas, los mexicanos nacemos donde (‘nos da la rechingada gana’)... ahí ustedes completen la frase”.
Puede verse, sin duda, que hay días en los que algunos personajes, trepados en la bamboleante e inestable tarima del protagonismo, deberían ser más cautos --para no reclamarles inteligencia--, al abrir la boca, aunque, seguramente, Usted concluirá en que también hay días, en que algunos tundeteclas no deberíamos escribir blogs.