LOS ÁNGELES -- Panamá detonó el optimismo del Tri Olímpico. México desató las alarmas en la Panamá de la Copa Oro, si es que ésta es su mejor versión. Por momentos, los canaleros parecían turistas accidentales
Sin embargo, ni el gozo mexicano es definitivo, ni el pesimismo canalero es definitivo. Los mejores desafíos para ambos están más allá de Nashville.
Por lo pronto, el Tri presentó en sociedad a su cuadro titular para abrir los Juegos Olímpicos de Tokio ante Francia. Jaime Lozano, vía jefatura de Gerardo Martino, no tiene nada que moverle ya.
3-0 fue el marcador. Festival de Diego Láinez (’21) complemento de un portento de cálculo y precisión de Luis Romo en el 1-0. El Cachorro Montes rebasa la marca tipo espantapájaros de Panamá, y sentencia en cabezazo en tiro de esquina. Al ’91, Henry Martín fabrica una pared con El Piojo Alvarado, y fusila.
Las pesadillas panameñas son como las de todos: un maldito enano perverso y juguetón. Esta noche de miércoles tenía el diez en la espalda de esa tristeza cromática que es la camiseta mexicana.
Sí, Diego Láinez organizó su fiesta. Donde pisaba había intriga y jolgorio con el balón. El veteranazo Erick Davis se convirtió en su perrito faldero en las incursiones en el área, hasta que el panameño sacó las armas que afila en Eslovaquia, le tundió al tobillo, y hasta la amarilla le supo dulce entre el empalago de la venganza.
México se sintió cómodo, relajado. Panamá quiso jugar futbol, pero sin mucho compromiso. Los mastines fueron apareciendo cuando la impotencia empezó azuzar su frustración.
Luis Romo ratificó su personalidad absoluta expuesta en el Guard1anes 2021. Jugador confiable, solidario cuando era necesario, y un relevo oportuno y punzante en el ataque. Su cambio exacto, con las ventajas para Láinez, ratifica que es el futbolista que ofrece mejor salida desde el fondo y con la visión periférica más agresiva desde la media cancha.
Cuando Sebastián Córdova, Alexis Vega, Diego Láinez y Henry Martín entiendan los tiempos, y Charlie Rodríguez despierte de su largo letargo, Luis Romo controlará mejor la maquinaria olímpica.
Entre la laxitud inicial de Panamá, y su lasitud en los minutos finales, la delegación olímpica mexicana encontró cada vez menos oposición, casi como si tuviera un arsenal secreto que hubiera elegido no mostrar sabiendo que el Tata Martino estaba en la banca.
El bautizo panameño en la Copa Oro será en la pila de Catar, el opulento invitado a esta Copa Oro. Tiene una semana para mejorar bajo el mando de un Thomas Christiansen que deberá trabajar horas extras en esa delicadeza defensiva y en la falta de profundidad de un equipo, al que, ciertamente, México le robaba los balones, este miércoles por la noche, sin excesivo esfuerzo.
Relevantes la disciplina, el civismo, el orden de la afición que agotó las localidades que fueron puestas a la venta. El grito, ése que no insulta a nadie, según la FMF, pero aterroriza a todos en la FMF, no compareció. Claro, ya se sabe, el mejor tapabocas ante el aullido homofóbico es la victoria.
A México le acecha la amenaza de una temprana eliminación en JJOO. Comparte vecindario con Francia, Japón y Sudáfrica. Los dos primeros tendrán jugadores titulares desperdigados por clubes europeos, mientras que el tercero, tentativamente, jugará sólo con futbolistas de la liga local.
Francia tendrá presencia de dos 'mexicanos': André Pierre Gignac y Florian Thauvin, ambos pertenecientes a Tigres. Su tercer refuerzo es Teji Savanier, del Montpellier. ¿Festejará Gignac si le marca a México? Seguramente, sí.
Japón, a su vez, con Takefusa Kubo (Getafe) como referente, agregaría –tentativamente--, entre los mayores a Maya Yoshida, veteranazo de la Sampdoria, y a Wataru Endo del Sttutgart.
México y Japón se enfrentaron en noviembre de 2020, en Austria, en amistoso de selecciones mayores. El Tri se impuso 2-0 con goles de Raúl Jiménez y Chucky Lozano. Ése fue el ultimo juego del Lobo Mayor antes del choque brutal de cabezas con David Luiz, que aún tiene su retorno a las canchas en un compás de espera.
El Tri acudirá a Japón con estos tres experimentados: el arquero Guillermo Ochoa, el todoterreno y campeón con Cruz Azul, Luis Romo, y el ariete Henry Martín. Los tres aprobaron ante, cierto, los turistas accidentales de Panamá, con un 3-0 que alborota mucho, pero dice muy poco.