LOS ÁNGELES -- Al fin llega Panamá, un rival a modo para México. No se alebreste, lea.
¿Qué tanto puede mejorar el Tri? Dependerá de qué tanto cambie Panamá en el cierre de la primera jornada del Octagonal.
Durante la Copa Oro, Panamá insinuó lo que quiere y lo que puede, con lo que tiene. Ofreció en el 3-3 ante el invitado Catar, uno de los mejores partidos del torneo. Fue uno de los equipos prolíficos, con ocho goles marcados, aunque siete recibidos, incluso aceptó el único gol que marcó Granada en la competencia.
En ese 3-3, explicábamos que ese Panamá vs. Catar tenía un sabor rústico, pero innegable, de ser un enfrentamiento entre egresados de La Masía del Barcelona, Felix Sanchez y Thomas Christiansen, y esos tintes primarios, de intenciones agradables para jugar al futbol, generaron un juego intenso y emotivo.
Entre Copa Oro y el Octagonal Final de Concacaf, Panamá ha aprendido a defenderse. Empató sin goles ante una versión de Costa Rica muy superior a la que se presentó ante México, y después goleó a Jamaica 3-0, ese mismo equipo que cayó 2-1 en el Estadio Azteca y puso a sufrir por momentos al Tri.
Danés de nacimiento, catalán por desarrollo, egresado de La Masía, seleccionado nacional español, Thomas Christiansen ha revolucionado la forma de trabajar en Panamá, e incluso suma ocho partidos invicto en eliminatorias mundialistas, además de que logró modificar las perspectivas de los dirigentes, prueba de ello, conseguir montar su primera burbuja de 40 días en agosto de 2020.
Técnico del Leeds United, antes de la llegada de Marcelo Bielsa, el palmarés de Christiansen no arroja fuegos artificiales, menos aún al compararlo con el del convaleciente técnico de México, Gerardo Martino, pero intenta con su docencia europea, transformar a la Marea Roja, de momento, con anhelos similares a los que provocaron los hermanos Dely Valdés.
Entonces, ¿por qué Panamá es un rival a modo para México? Precisamente porque será el mejor termómetro del Tri.
Más allá de su intento por evolucionar defensivamente, La Marea Roja permitirá más libertades que sus anteriores rivales: una diezmada Jamaica que fue a enconcharse y provocar estertores en el Azteca, y una Costa Rica, que aún sin la habitual rabia pasional con la que le juega a México, poco le permitió generar de futbol.
Por eso, Panamá es un rival a modo. Para que México confirme si el liderato del Octagonal Final es genuino o es consecuencia de resultados accidentales, cargados de cuestionamientos y de dudas. Hasta hoy, ha mostrado muy poquito en el 2021, especialmente con el acoso silencioso, de perder dos finales ante Estados Unidos, una ante su versión “A” (Liga de las Naciones) y otra ante la versión “B” (Copa Oro).
Jugadores y cuerpo técnico de México se han quejado de la forma en que les han jugado jamaiquinos y ticos. Se lamentan de rudezas y de una formación atemorizada. Entonces, el bálsamo a todas esos gimoteos debe serlo el juego ante Panamá.
El exjugador del Tri fue crìtico con el equipo dirigido por Gerardo Martino, a pesar de registrar su mejor inicio en tres procesos mundialistas.
Más allá de las ausencias de Chucky Lozano y Raúl Jiménez, además de la constelación de vetados por Martino, el Tri no contará con el lesionado Alexis Vega y el suspendido Edson Álvarez, y en espera de saber si la cabecita de Tecatito Corona ya podrá concentrarse o si seguirá divagando sobre su fracasado traspaso al futbol de Italia, que al final parece apestar más a manipulaciones de su promotor que a ofertas genuinas.
Otro bajo observación es Rogelio Funes Mori. Suma cinco goles en 24 partidos entre Rayados y el Tri. Y la supuesta solución goleadora de Gerardo Martino para llegar al Quinto Partido suma un gol cada 191 minutos desde que se sumó como naturalizado a la selección mexicana.
Según reporte de ESPN, en 13 torneos en el futbol mexicano suma siete rachas sin gol, todas ellas en más de 500 minutos, la más grave cuando registró 731 minutos de lamentos antes de un primer festejo. Su gol más reciente con el Tri lo marcó hace 415 minutos. Esa anotación fue ante el diezmadísimo representativo de Honduras en Copa Oro.
Así que la selección mexicana del convaleciente Tata Martino tiene la inmejorable oportunidad de revelar sus capacidades. Sí, Panamá es un rival a modo, porque privilegia el futbol, no ha mostrado, hasta el momento, ni ese recato defensivo ni esa rudeza extrema que tanto inquietan a los jugadores y cuerpo técnico.
Claro, por eso precisábamos: ¿Qué tanto puede mejorar el Tri? Dependerá de qué tanto cambie Panamá su forma de jugar.
Por supuesto que también inquieta y motiva a Panamá enfrentar a México. Una victoria significaría un golpe de autoridad del nuevo proceso, que ha tenido la virtud de comenzar de cero en todos sentidos, como las incorporaciones de Cecilio Waterman y Rolando Blackburn, no bien vistos en anteriores procesos.
Sea cual sea el desenlace, la selección mexicana deberá estar agradecida con Panamá, porque en el último juego de la primera ronda eliminatoria en Fecha FIFA, sabrá cuánto hay de verdad y cuánto de mentira en el liderato que hoy ostenta.