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Los gritos de Emilio atarantan al América

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Gabriel de Anda sobre la derrota del América: 'Es una consecuencia de un equipo que está desdibujado' (3:02)

Nuestro especialista considera que los últimos resultados obtenidos por las 'Águilas', son consecuencia de la presión que se vive el equipo dentro del vestidor. (3:02)

LOS ÁNGELES -- América tenía atenuantes: jugaba feo y aburrido, pero sumaba puntos. Vaya, hasta goleaba 1-0. Y Coapa era un mundo feliz.

Hoy, es tragicomedia. América 2-3 San Luis. Le asaltaron El Nido. Le irrespetaron la alcurnia. Lo más grave, los potosinos se apiadaron hasta en cuatro ocasiones de gol.

Hoy, en El Nido de la Pureza, desde donde Santiago Baños reclama disculpas, mientras aumenta sus culpas, América entra en una crisis.

1.- No gana desde el 23 de octubre del año pasado. Impotencia senil.

2.- Suma ocho juegos sin victoria, con cinco derrotas, 12 goles en contra y cinco anotados. La aritmética de la mediocridad.

3.- Acumula tres tarjetas rojas en tres juegos de este Clausura 2022.

4.- Y ha perdido la brújula. El equipo ya no marca, no asfixia, no presiona, no recupera y no desdobla, como sí lo hacía, por momentos, en 2021.

5.- Lo más grave, le han amputado la intensidad, el coraje, la mística del americanismo. Sólo tuvo esos cromosomas de su estirpe en los últimos siete minutos del juego.

En casi cuatro meses, América ha pasado del #ÓdiameMás al #CompadéceteMás.

Recuérdese que el capataz del equipo acudió a Coapa. Emilio Azcárraga Jean, el jueves, le metió una regañiza a los jugadores, con endoso a Santiago Solari y estercolando los zapatitos de Santiago Baños.

La pregunta es obligada: ¿Qué provocó esa reprimenda airada de Emilio a sus jugadores? ¿Temor? ¿Respeto? ¿Burla? ¿Desdén? Por lo visto este sábado, ante San Luis, los jugadores se pitorrearon de la presunta arenga de su patrón.

Porque, más allá de que el América se vio desordenado, desconcentrado, perezoso, timorato, fue también evidente su blandengue espíritu. Y esa actitud, esa negligencia, es un claro desafío, un ninguneo, al sermón con el que les tupió Azcárraga Jean.

Cierto, San Luis se decidió por lavarse la percudida y chamagosa cara con el mejor detergente posible: ganarle al América. La sangre de Coapa purifica a todos los pecadores, hasta a estos potosinos.

Ha sido el mejor juego del San Luis desde su regreso a Primera División. Y seguramente, cuando la próxima semana reciba a Toluca volverá a su habitual pusilanimidad que tanto solaza a Alberto Marrero, el hijastro incómodo de Gil Marín.

Grave que El Indiecito Solari no aprenda. Con el Toluca, el veteranazo Rubens Sambueza (38 años), los desquició y los goleó. Ahora, de nuevo se convirtió en el artífice del holocausto americanista. Seguramente, el técnico que sufre de dislexia con el verbo embalar, no entendió que Sambueza siempre se embala ante su equipo.

Nadie se salva en el caos americanista. Acaso Guillermo Ochoa con un par de atajadas, pero fue una presentación desastrosa de Jonathan Dos Santos, ratificando porque al Galaxy le urgía deshacerse de él. Claro, su llegada –como la de Giovani, en su momento--, es capricho de Emilio, no petición de Solari.

Y entre los errores de Sebastián Cáceres mientras estuvo en la cancha, y el perfil timorato de Juan Otero y del mismo Jonathan, América jugaba con nueve y Álvaro Fidalgo se hacia pedazos, dentro de sus limitaciones evidentes, para tratar de contener el insospechado alud potosino.

Los ingresos de Richard Sánchez y Henry Martín, por los dos sonámbulos mencionados, Otero y Jonathan, le permitieron al América reajustar, poco a poco, no sólo para contener, sino para intentar generar.

Irónicamente, la expulsión del más pundonoroso, pero ya casi caduco Miguel Layún (‘85), termina siendo el detonante de las Águilas. Aunque Solari lo minimiza, lo segrega, lo descalifica, pero con Henry Martín al frente había una referencia más clara que con Roger Martínez.

De hecho, son estos dos, Martín y Roger, quienes se confabulan para, a los minutos 90 y 94, marcar los dos goles que hacen menos bochornoso y escandaloso el cataclismo americanista. Aquello pudo ser una desvergüenza absoluta, pero Abel Hernández se conformó con un solo gol y desperdició otros dos.

Y al América se le vienen Santos, Mazatlán y Pachuca, que en 2021 habrían sido bocadillos. Pero, hoy, a este equipo al que ya todos le faltan al respeto, termina siendo el plato principal de sus rivales.

¿Qué hará Emilio ahora? ¿Irá nuevamente a vilipendiar a sus jugadores? Ya quedó claro que no lo toman en serio. Casi, casi, se burlan de él.

Y otra pregunta obligada: ¿el que interpela disculpas a narradores, estará en condiciones de ofrecerlas él mismo al americanismo?