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Chicharito rojo (o el triunfo de la razón)

Adiós a Chivas Mexsport

MÉXICO -- Pocas cosas unen tanto a un país como el fútbol. Esta verdad, ya dicha antes, ha sido demostrada una y otra vez cada sábado y domingo (y ocasionalmente algunos viernes, cuando Estudiantes juega de local contra Chivas, Pumas o América) y cada cuatro años, cuando empieza el ciclo del Tri buscando pasar las eliminatorias hacia el Mundial en turno.

También queda demostrado cada vez que un jugador, técnico, directivo, dueño o cualquier protagonista en general del fútbol hace, dice o le sucede algo que se sale de lo común, ya sea algo grave, algo tonto o algo extraordinariamente bueno, como lo que le sucedió al Chicharito Hernández.

La historia todos la conocemos: Un día Chicharito se lesiona y su participación en el Clásico de Chivas contra América queda en suspenso hasta que unas horas antes del partido se anuncia que no va a jugar. No se vuelve a saber de él hasta cuatro días después para enterarnos que no solamente no jugó el Clásico, sino que no volverá a jugar con Chivas definitivamente porque ya lo fichó el Manchester United. ¿Cómo? ¿A qué hora? ¿Que no estaba lesionado?

Pero todos se lo celebramos: El gran Chicharito se va a la Premier, directo y sin escalas, sin pasar por clubes chafas, pero europeos, sin que el buen Chicharito cumpla 32 años primero, sin rebotar de la liga turca, sin préstamos... Simple y sencillamente mediante el pago de 9 módicos millones de dólares. Y mientras los aficionados no nos atrevemos ni a soñar con ver 9 millones de dólares juntos, sí nos pusimos todos de acuerdo, aunque no todos seamos fans de Chivas, para festejar el traspaso del mejor jugador del equipo casi más querido a la liga donde se juega el mejor fútbol del mundo (lo siento, amantes del Barcelona), como si Chicharito fuera nuestro primo y lo viéramos todos los domingos en la cancha donde jugamos nuestro interescuadras.

Vemos el pase del Chicharito a la Premier como un triunfo de la razón sobre el montón de desatinos de que está compuesto nuestro fútbol mexicano, como el camino que deberían seguir, por lógica, todos los buenos jugadores jóvenes con talento, como el inicio de la abolición del insufrible pacto de caballeros... Y como aficionados juiciosos que somos, tenemos además sentido común (algo que parece fallar entre los directivos), y por eso celebramos. Y también porque es nuestro primo futbolístico, cómo no.

No sabemos si eso suceda realmente o lo del Chícharo sólo sea una excepción en una historia llena de transacciones poco transparentes que han caracterizado al fútbol mexicano. No sé que llevó a Vergara a cerrar ese lucrativo y beneficioso trato, pero por primera vez no parece que haya gato encerrado.

Ojalá la colaboración entre el fútbol mexicano y las buenas ligas europeas siga creciendo, y en una de esas el Chelsea nos mande a Frank Lampard a jugar con el Atlas, digo, para corresponder el favor.

Twitter reloaded: @gespn