MÉXICO -- Con la supremacía de la NFC Oeste en juego, los Arizona Cardinals visitan a los Seattle Seahawks buscando evitar la barrida que sufrieron el año pasado que a la postre les costó el título divisional.

A evitar el Déjà vu. El año pasado, los Cardinals se encontraban con marca de 9-1 y en pleno control de la Conferencia Nacional, antes de visitar CenturyLink Field. Arizona cayó ante Seattle por marcador de 19-3, y empezó el fin para la campaña de los Cards. Contando ese descalabro, Arizona perdió cuatro de los últimos seis partidos de la campaña regular, incluyendo la visita recíproca de los Seahawks a Glendale, y dejaron escapar todo momento de cara a la postemporada, donde les tocó visitar a los Carolina Panthers --campeones divisionales de la NFC Sur pese a tener una marca perdedora de 7-8-1-- donde sucumbieron por 27-16.

El primer paso para evitar una repetición de lo acontecido el año pasado es ganar en Seattle. Se dice fácil, pero los Cardinals saben de primera mano lo que podría significar una derrota.

Cambios entre los Seahawks. Seattle activó al receptor abierto Paul Richardson a su plantilla activa, y envío --como era de esperarse-- a Ricardo Lockette a la lista de reservas lesionados. Richardson no contribuye de la misma manera que Lockette en equipos especiales, pero tiene mayor talento a la hora de jugar para la ofensiva. Otro cambio será el regreso del centro Patrick Lewis al puesto titular, después de perderse los últimos dos encuentros por lesiones de tobillo y rodilla. Drew Nowak no ha dado el ancho y volver a conectar con Lewis podría ser un paso en la dirección correcta para arreglar los problemas de línea ofensiva de Seattle.

Sin embargo, la mayor sorpresa puede ocurrir en el backfield. Marshawn Lynch no entrenó el viernes por una lesión abdominal, y apareció listado como en duda para el encuentro en el reporte de lesionados. Pete Carroll expresó ante los medios que esperaba contar con Lynch el domingo. No obstante, podríamos ver a un #BeastMode disminuido, y eso significará que habría más oportunidades para los suplentes Fred Jackson y Thomas Rawls.

¿Puede responder Carson Palmer? Arizona se quedó con la espinita clavada el año pasado, de que de haber podido contar con su mariscal de campo titular por la totalidad de la temporada, los resultados hubieran sido distintos en la recta final. Palmer no participó en ninguno de los enfrenamientos del año pasado, luego de quedar marginado por lesión a la rodilla. Drew Stanton primero, y Ryan Lindley después, hicieron lo que pudieron en los controles de Arizona, pero el club claramente sufrió una decaída de talento sin Palmer.

No obstante, de ahí a aseverar que Palmer es una garantía para partidos grandes... tampoco. En su duodécima temporada, y tras dos apariciones en el Pro Bowl, seguimos esperando que Palmer gane un partido de postemporada. Es más, sólo ha participado en dos en toda su carrera, ambas derrotas, cuando jugaba para los Cincinnati Bengals. Hay casos en los que un mariscal de campo con números decentes pasa tan desapercibido, que no recibe las críticas que injustamente le tocan a otros que hacen mucho más.

Por si fuera poco, la última vez que Palmer jugó para los Cardinals ante Seahawks en Seattle, lanzó cuatro pases de intercepción --y con todo y eso, Arizona logró ganar ese juego del 2013--. Si es cierto que los Cards están listos para dar el salto de calidad y convertirse en contendientes serios para postemporada, el camino empieza en CenturyLink Field. Y nadie está más obligado a levantar la mano para Arizona que Palmer.

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