SANTIAGO -- Cuando uno viaja en la línea 5 del Metro de Santiago, con orientación a Vicente Valdés, la formación sale de la superficie justo antes de Ñuble, la estación más cercana al Estadio Nacional. Se pasa de la oscuridad a la luz.

Espacio victimas dictadura
Getty ImagesEl espacio vacío, en honor a las víctimas de la dictadura en Chile

La figura sirve para retratar lo que sucede en la "Escotilla 8", uno de los 10 sitios patrimoniales del estadio más importante de Chile. Entre septiembre y noviembre de 1973, el recinto fue el centro de detención más grande durante la sangrienta dictadura de Augusto Pinochet y la gradería quedó como un espacio para la memoria.

El proceso de restauración del espacio, ubicado detrás de uno de los arcos, incluyó una tribuna con tablones de madera y una frase que habla por sí misma: "Un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro". Durante los partidos permanece sin público y con una iluminación muy tenue.

Debajo de la denominada puerta 8 están expuestas fotografías de la época, del estadio y retratos de varios de los presos. Cuesta creer que a pocos metros del sitio donde hubo celdas, torturas y fusilamientos exista un campo de juego.

Cecilia Rodríguez, periodista del Estadio Nacional, abre las puertas del sector para tomar una real dimensión del lugar de cautiverio de aproximadamente 20.000 personas. En su rol de guía, la cronista relata que "los detenidos dejaron varias escrituras en las paredes, mensajes a los familiares, fechas y hasta se dice que hay una canción". El próximo proyecto consiste en recuperar esos grabados.

"Algunos dicen que hay que dar vuelta la página y no hablar más del tema, pero para la gente que sufrió y dejó su testimonio no es tan fácil. Esperemos que sirva de ejemplo para el futuro", resalta Cecilia.

Para los futbolistas de esa época fue muy difícil volver a jugar en el Nacional, sabiendo lo que había ocurrido ahí. De hecho muchos tuvieron conocidos detenidos o desaparecidos.

Justamente en el Estadio Nacional, en pleno horror de la dictadura, se produjo uno de los hechos más curiosos de la historia del fútbol. El 21 de noviembre de 1973, en el marco de las Eliminatorias rumbo al Mundial de Alemania y ante unos 18.000 espectadores, Chile arrancó a jugar sin adversario. Unión Soviética no se presentó en repudio al golpe de Pinochet a Salvador Allende. Se tocaron los himnos y después de unos 10 pases, el capitán Francisco "Chamaco" Valdés pateó la pelota al fondo de la red. Así terminó un partido fantasma.

Para Cecilia Rodríguez, "lo que pasó en el Nacional no puede volver a suceder en ninguna parte del mundo". En el estadio, que el 11 de septiembre de 2003 fue declarado como monumento nacional, se organizó una gran fiesta en el retorno de la democracia, en la que se desplegó una bandera gigante a lo largo de la cancha.

En 64 hectáreas conviven la pasión y el recuerdo del terror. La luz y la oscuridad. Más allá de grandes finales, ganar el partido más importante es mantener la memoria.

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.